SÍ, TU LISTA DE LA COMPRA PUEDE AYUDAR AL PLANETA

Las recomendaciones de las Naciones Unidas sobre la necesidad de restringir el consumo de carne por motivos ecológicos ha suscitado un debate, que, sin embargo, no es nuevo. Organismos internacionales especializados, asociaciones no gubernamentales y otros expertos vienen advirtiendo desde hace más de una década de que no sólo estamos consumiendo los recursos del planeta, sino que, además, lo estamos devastando con fórmulas de producción que contaminan a gran escala.

Lo viene avisando la FAO y ahora es el turno de la ONU: el consumo masivo de carne conlleva también una masiva emisión de gases que contribuyen al efecto invernadero. ¿Comemos tanta carne como para provocar un peligro medioambiental? Para Ata Pouramini, autor de Tú eres tu medicina, el problema es el consumo de derivados y de procesados de la carne, producto de la manera en que vivimos la alimentación en el mundo desarrollado.

En Occidente no comemos para subsistir, sino que lo hacemos como una forma de vida; la gastronomía, explica, se ha convertido en una manera de relacionarse, una tendencia global, un gran hashtag que abarca todo tipo de corrientes culinarias, nuevas fórmulas de negocio, millones de fotos de instragram, dietas, turismo foodie, etc...

¿Se puede ser sostenible en este contexto? Sí, se puede, y sin que ello suponga un gran encarecimiento en nuestra lista de la compra. Pouramini recuerda lo elevado del precio de algunos productos, absolutamente innecesarios para el consumo, como los antes citados precocinados. Lo sostenible, lo que contamina menos y es más respetuoso con el planeta, es lo que menos residuos genera y lo que menor impacto ecológico deja. Siguiendo esta definición salimos a hacer la compra. Tomad nota.

 En la pollería: Apostamos aquí por los huevos y los pollos criados en semilibertad, buscando las etiquetas que lo confirmen y preguntando si es necesario. La diferencia de precio entre los criados en jaula en granjas de gran producción industrial es poca y los beneficios para la salud son importantes. Los criados en libertad tienen menos estrés y están mejor alimentados. La protección animal cuenta mucho en este caso.

No compramos, por otro lado, nuggets, fingers y otros derivados industriales poco sanos, con una producción innecesaria y contaminante.

Frutas y verduras : El producto menos contaminante es el de proximidad, el producto local, que evita transportes y todo lo que ello conlleva de contaminación. En entornos rurales es mucho más sencillo obtenerlo, no así en las grandes superficies comerciales. Siempre es más fácil obtener producto local si es de temporada.

Vacuno y cerdo: En este caso , explica Pouramini, el que los animales estén criados en pequeñas explotaciones si puede suponer un incremento de precio. El cerdo ibérico es un ejemplo de alimentación en pastos. La solución pasa aquí por consumir menos cantidades de carne, tal como propone la ONU. Menos, pero de mejor calidad.

En la pescadería: la sobreexplotación pesquera amenaza también con acabar con los ecosistemas marinos, un grave problema para el planeta en su conjunto. Según la  FAO, menos del 10% de las zonas pesqueras del planeta se gestionan de forma sostenible. No es fácil para el consumidor saber si estamos obteniendo pesca de arrastre, pezqueñines u otro tipo de peces prohibidos. La UE recomienda comprar piezas de temporada, con una etiqueta o cartel que identifique el pescado fresco, con información obligatoria sobre su zona de captura y método de producción, entre otros.

Dulces. Se viene advirtiendo por motivos de salud de las personas, pero no deberíamos olvidar tampoco sus efectos sobre el bienestar de nuestro planeta. La producción de aceite de palma, advierte Ata Pourami , está acabando con el hábitat de algunos animales y tribus que habitan en zonas de Indonesia y Malasia. Se calcula que en la plantación del árbol de palma se ocupa cada hora la extensión similar a unos 300 campos de fútbol.

Para evitarlo, hay que eliminar de la lista de la compra algunos tipos de pan, la bollería industrial, el chocolate, las galletas, algunos aperitivos salados, helados, dulces, fritos, congelados, y otros productos que, en general, son de consumo secundario.

Por último, no es sólo qué sino como: llévate tu bolsa y, si hay vidrio, siempre mejor que latas.

 

Ata Pouramini es autor de “Escuela de la Espalda” y  “Tú eres tu medicina”.

Es uno de los quiroprácticos más reconocidos . Tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica  y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica.