Gran parte de la población conoce la marca Ricola, ha consumido sus caramelos en alguna ocasión, sobretodo en caso de padecer tos o dolor de garganta y recuerda sus míticos spots publicitarios televisivos. Sin embargo, pocos conocen su verdadera historia de marca, nacionalidad y origen y la formulación a base de hierbas naturales de su amplia gama de sabores y productos.
La historia parte de la localidad suiza de Laufen, una encantadora y accesible ciudad ubicada en la zona noroeste, rodeada por un extenso mar de verdes montañas cantonesas. Es en 1930 cuando el panadero Emil Richterich funda un primer negocio, un obrador, y una empresa inicial, Richterich & Company Laufen. Él supuso la primera generación de una compañía aún hoy en día familiar y quien haciendo pruebas con los ingredientes que más fácilmente tenía a su alcance, las hierbas naturales que crecían en su entorno, creó y comercializó los primeros caramelos.
Emil dedicó gran parte de su vida a la investigación de las propiedades curativas de las hierbas y experimentó sin cesar durante años y años hasta que en 1940 dio con la receta idónea y la invención de una mezcla única de 13 hierbas seleccionadas. Fue también él quien decidió abreviar la primera nomenclatura de su empresa y del resumen de sus iniciales surgió el nombre definitivo de Ricola.