Más de 200 científicos de 36 países se reunieron en la Whole Grain Summit celebrada el 15 de noviembre en Viena, con el objetivo de trabajar para elaborar un plan de acción mundial, con el fin de aumentar el consumo de granos integrales en respuesta al desafío urgente de la salud pública documentado por expertos.
El Institute for Health Metrics and Evaluation reveló en este congreso que, los cereales proporcionan un 50% del valor energético de la ingesta diaria. Más de dos décadas de estudios indican que consumir alimentos integrales está directamente relacionado con un menor riesgo de mortalidad y un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y obesidad, y cáncer de intestino.
En relación a esto Manuel Gómez Pallarés, catedrático de Universidad del área de tecnología de alimentos en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid afirma que "en general en panificación se observan dos tendencias muy claras. Por una parte hay una tendencia a desarrollar productos más sanos, o que satisfagan las necesidades (reales o autoimpuestas) de ciertos colectivos. En esta tendencia se enmarcan los panes con mayor contenido en fibra, con mayor contenido proteico, sin gluten, ricos en omega-3, sin sal, bajo índice glicémico, etc. Por otro lado se tiende a elaborar productos más cómodos, de manera que tengan una mayor vida útil y que estén preparados o que su preparación final sea lo más sencilla posible'.
De hecho, el pan integral, está elaborado a partir de harinas de mayor nivel de extracción y, en consecuencia, contienen un mayor valor nutritivo en su conjunto.
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