La historia de Oribu (que significa “oliva” en japonés) se remonta a 2014, cuando nace de la idea de un joven emprendedor, Iván, madrileño de toda la vida pero de origen chino, que decide abrir un restaurante de cocina asiática moderna en la calle Barquillo, en pleno centro de Madrid.
Oribu se propone aportar “algo cool” y novedoso dentro de lo asiático, conectando dos mundos totalmente diferentes: Oriente y Occidente. Una fusión entendida como un estilo de vida.
Su objetivo es ofrecer cocina asiática moderna, auténtica y de calidad, que se combina con ingredientes y técnicas occidentales y en la que no faltan guiños a la cocina mediterránea, como en los Dim Sum (la especialidad de la casa) de rabo de toro.
Las diferentes áreas hacen de Oribu un proyecto multiespacio, concebidas así para disfrutar de los distintos ambientes y convertir cada experiencia en única. Por eso, además de la oferta gastronómica, cuentan también con una sugerente selección de vinos y una carta de coctelería diferente, hecha a medida y para cualquier ocasión. Todo ello con unos precios asequibles, al alcance de cualquier bolsillo.
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