Un desayuno saludable debería estar en la mente de todos al levantarnos. La primera comida del día es, además, la más importante, ya que es la que nos da la energía y los nutrientes que nos hacen falta para hacer frente a nuestra jornada. En verano, hay dos elementos que no nos ayudan a desayunar bien: el calor y las prisas. Si dedicamos menos de 15 minutos a nuestro desayuno, no estamos dando el tiempo necesario para que nos siente bien. El primer almuerzo del día es el encargado de activar el metabolismo de nuestro cuerpo. No hacerlo como es debido puede llevarnos a un empeoramiento del estado de ánimo, un aumento de la fatiga, del estreñimiento, de la concentración o del riesgo de parecer obesidad o sobrepeso.
Como siempre, con leche y productos lácteos
Así lo han hecho nuestros abuelos, así lo han hecho nuestros padres y así deberíamos hacerlo nosotros y nuestros hijos. Tal y como afirma Rosa María Ortega, doctora en Farmacia y catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid, “existen beneficios en la conservación de nuestras tradiciones gastronómicas y alimentarias”. A la hora de confeccionar nuestro desayuno, la inclusión de leche y productos lácteos nos ayuda a asegurar una ingesta adecuada de calcio y a tener parcialmente cubiertas las necesidades de nuestro cuerpo de proteínas, vitaminas y minerales. Para decir “SI” al menos a 3 lácteos al día, tenemos que apostar por desayunos que contengan alguno de los productos de este grupo, imprescindibles para una alimentación equilibrada. Combinar la leche y los lácteos con otros alimentos de la Dieta Mediterránea (frutas, pan, aceite de oliva) multiplica nuestras posibilidades. Con la variedad de leches, yogures y quesos a nuestro alcance, existe una infinidad de opciones, para todo tipo de gustos, para cumplir con nuestro objetivo: desayunar bien. “Estamos aportando al cuerpo energía, proteínas de excelente calidad, minerales y vitaminas, proporcionando lo necesario para afrontar nuestra jornada”, declara Ángel Gil, presidente del Comité Científico del “Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas” y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada.
Desayuno con leche… el más fresco Entera, semidesnatada, desnatada, enriquecida, sin lactosa… existe una leche para cada persona y para cada necesidad. En verano, con leche fría, o en invierno, caliente. Adaptar la temperatura a la estación mejora nuestra predisposición a disfrutar de ella.
Evaluación nutricional de este desayuno:
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Desayuno para comerte el día, con queso El queso o la mantequilla son alternativas a la leche tan sabrosas como nutritivas. Respetando las cantidades diarias recomendadas, son productos que se pueden integrar en una dieta equilibrada.
Evaluación nutricional de este desayuno:
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Desayuno con yogur, el “No me complico” No hace falta dedicar mucho tiempo en la cocina para preparar un buen desayuno. El yogur se destapa y ya tenemos a nuestro alcance una fuente de calcio y proteínas que, además, presenta un bajo contenido en lactosa, especialmente interesante para los intolerantes.
Evaluación nutricional de este desayuno:
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A través del “Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas”, Inlac y la Comisión Europea dan una respuesta sólida y conjunta a la necesidad de fomentar la presencia de la leche y los productos lácteos en el día a día de los ciudadanos españoles, además de fomentar la actividad física como estrategia frente a los problemas de salud relacionados con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad.
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