Limonadas de autor: las bebidas más refrescantes para La Paloma

La Posada del Dragón versiona la receta original de la limonada para ofrecer refrescantes propuestas a base de piña y té negro. El verano en Madrid nunca ha sido tan refrescante.

Del 11 al 15 de agosto Madrid vive la verbena de La Paloma y, con ella, se despliegan los mejores planes gastronómicos por el barrio de La Latina.  Con motivo de los festejos, La Posada del Dragón se convierte en un punto clave para disfrutar de la bebida más castiza y refrescante de las fiestas: la limonada.

La limonada se bebe todo el año, pero cuando llega la hora de bailar un chotis, no hay mejor brebaje. La limonada madrileña es típica por la presencia del vino blanco. Esta tradición viene de la Edad Media, cuando los cristianos no podían beber alcohol durante la Pascua y disfrazaban el vino con zumo de limón y azúcar. Varios siglos después, esta bebida entra como agua en los veranos más calurosos y sirve para verbenear durante las fiestas de La Paloma. En La Posada del Dragón no solo se podrá probar la receta original de la limonada, sino que para darle nuevos aires al ambiente verbenero, crea dos limonadas de autor a partir de la castiza receta: limonada tropical y limonada oriental.

Limonada medieval, la más castiza

Es difícil ubicar su origen geográficamente, pero mientras en algunas ciudades como León se ha mantenido la tradición del vino tinto, en Madrid se prepara con vino blanco: limones, un palo de canela, azúcar al gusto, hielo triturado, trocitos de manzana y, por supuesto, vino blanco. La limonada más chula de las fiestas.

Limonada tropical

Una limonada con aires tropicales gracias a la presencia de la piña en su elaboración. En el fondo de la copa se añaden 2 o 3 cubos de piña, cubriéndolos, después, por limonada con hielo picado y coronado por hojas de menta. El borde se decora con una rodaja de la lima y azúcar moreno. Se podrá disfrutar de todo el sabor de la limonada y sentir la seducción tropical absorbiendo desde el fondo la dulzura de la piña.  Mezcla de sabores que no dejarán indiferente ni al más chulapón.

Limonada oriental

Una bebida a capas que fusiona el clásico sabor de la limonada con el aroma a té negro. La base de una copa de balón se cubre con una ligera capa de té negro. Sobre ella, se incorpora la limonada con el hielo picado y se corona con otra capa final de té. Para finalizar, se incorpora una hoja de menta y una barra pequeña de canela en rama en el interior. Se mezcla todo para fusionar los sabores y colores, y listo para degustar. El sabor de la limonada dejará en el paladar un exquisito regustillo a té negro. Un verdadero lujo asiático.

Lo que hoy conocemos como Posada del Dragón, fue a comienzos del siglo XVI, una Alhóndiga (granero municipal, lugar de almacenamiento del Pan y donde también se regulaba su distribución y venta). Fue propiedad de la Villa de Madrid y se remonta a la época de los Reyes Católicos. La Posada del Dragón debe su nombre al mítico dragón que estaba situado en piedra sobre la Puerta de Moros.

Fue construida como casa de huéspedes en 1868 por el arquitecto Francisco de Cubas, Marqués de Cubas. Forma parte de un edificio histórico protegido. El edificio es una corrala del siglo XIX, en cuyo interior se encuentran restos de la muralla cristiana, una bañera de mármol, un pilón-abrevadero y una escalera de madera. A finales del siglo XIX el edificio original fue demolido y reconstruido en 1910, donde empezó a conocerse como alojamiento para comerciantes del Rastro y proveedores del cercano mercado de La Cebada. En aquella época, era tal el trajín de viajeros, que las compañías de postas y diligencias establecieron las paradas de sus carruajes, y con el tiempo, de autobuses, en esta Posada.

Actualmente, La Posada del Dragón ha recuperado su actividad y se ha convertido en un Hotel de exclusivo diseño y estilo singular con propia personalidad.