Un hotel con luz propia en el centro de Madrid

Algo que siempre nos pasa en los hoteles es que no hay mucha luz. Para leer, para maquillarse, demasiado amarilla, demasiado blanca…por eso, desde el momento de la co-creación del hotel Barceló Emperatriz, ubicado en el madrileño barrio de Salamanca, se planteó como un pilar fundamental ofrecer a sus huéspedes unas instalaciones únicas en las que la luz es la protagonista de todas y cada una de las estancias.

La iluminación de una habitación es un requisito fundamental para que la estancia en un hotel sea acogedora y que cree un ambiente especial que traslade a un hogar. No todo el mundo se da cuenta de que la luz, un elemento clave que afecta, no solo a la imagen del hotel, sino al estado de ánimo y la calidad de la estancia de sus huéspedes.

El hotel apuesta por la iluminación como herramienta para aportar un mayor elegancia y comodidad, tanto a nivel técnico como estético, y para mejorar los diferentes ambientes que lo conforman. Sus habitaciones cuentan con grandes cristaleras que permiten disfrutar de unas maravillosas vistas de la capital nada más despertar, así como de una iluminación que crea un clima agradable y estéticamente coherente

Una de las emperatrices del hotel aseguró que “la iluminación de las distintas estancias de un hotel es fundamental para acciones cotidianas como maquillarse, vestirse o comer en un sitio cuyo ambiente sea placentero. El hotel Barceló Emperatriz cuenta con una iluminación perfecta tanto en las estancias privadas – habitaciones y baños – como en las comunes, como el restaurante Mutis”.

La diferencia entre un hotel y un gran hotel muchas veces estriba en el cuidado de los detalles, como la decoración, la modernidad de sus instalaciones y la iluminación de sus estancias. Como dijo Le Corbusier: “la luz apropiada, en el momento apropiado y en la cantidad precisa”.