Los expertos avanzan que no habrá agricultura de futuro sin un mayor desarrollo de la bioprotección en el tratamiento de plagas y enfermedades

Ayer se inauguró el Foro de BioProtección Vegetal, que durante dos días reúne en el Paraninfo de la Universitat Politècnica de València a destacados expertos en estrategias de control biológico dentro de los programas de Gestión Integrada de Plagas (GIP). Estas jornadas, organizadas por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC) y Phytoma, nacen con vocación de continuidad para convertirse en el primer foro especializado en control biológico a nivel nacional. A esta primera edición, dedicada a los cultivos mediterráneos, asisten cerca de trescientas cincuenta personas.

En la inauguración participaron Francisco Rodríguez Mulero, secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural; Alberto San Bautista,  director de la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Agronòmica i del Medi Natural (ETSEAMN) de la UPV, Alejandro Tena, investigador IVIA y miembro del Comité Científico-Técnico del Foro, y Regina Monsalve, presidenta del COITAVC.

El Dr. George E. Heimpel, profesor de Entomología en la Universidad de Minnesota y presidente de la Organización Internacional de Lucha Biológica (IOBC/OILB), impartió una ponencia magistral, en la que destacó el papel que el control biológico desempeña en la conservación de la biodiversidad nativa. Según sus palabras, el control biológico puede ser visto como una ciencia de la conservación. “La pérdida de biodiversidad se debe a cuatro causas principales: la pérdida de hábitat, el cambio climático, las especies invasoras y el uso de fitosanitarios. Y estas dos últimas causas están conectadas, ya que los fitosanitarios se usan para controlar las especies invasoras. El control biológico puede ayudar a aliviar todas estas causas de pérdida de biodiversidad”, señalaba.

Tras la intervención de Heimpel, Alejandro Tena presentó el proyecto liderado por el IVIA que prevé introducir en la península Tamarixia dryi, un parasitoide nativo de Sudáfrica, para intentar reducir las poblaciones de Trioza erytreae, vector del huanglongbing, que se está extendiendo desde Galicia al sur de Portugal, acercándose peligrosamente a las zonas citrícolas de El Algarve y Andalucía. “Nuestros resultados demuestran que Tamarixia dryi es un parasitoide altamente específico y su introducción, liberación y establecimiento en Europa, dentro del programa de control biológico clásico de T. erytreae, no debería afectar a otras especies de psílidos”, explicaba Tena. Una vez se ha evaluado la eficacia y especificidad del parasitoide en el archipiélago canario, sólo falta la autorización del Ministerio de Agricultura para poder liberarlo en la península.

“Cada ponente dentro de su especialidad nos ha hablado de distintas estrategias de bioprotección, pero todos desde la visión global coinciden en que sin control biológico no es posible tener una agricultura sostenible, respetuosa y de futuro. Es vital potenciarla y también lo es el papel de los profesionales que hay detrás, Ingenieros Técnicos Agrícolas, asesores en GIP,  e investigadores que posibilitan la creación de nuevos protocolos de trabajo. Todos ellos son parte del éxito de este área en sanidad vegetal”, comentaba Regina Monsalve, presidenta del COITAVC.

El papel de los hongos entomopatógenos en el control de plagas y enfermedades ha sido otro de los temas tratados en la primera sesión del Foro. Por la tarde, David Cary, director ejecutivo del IBMA (Asociación Internacional de Fabricantes de Biocontrol, por sus siglas en inglés), presentó el Libro Blanco del IBMA, documento que recoge propuestas para mejorar el marco normativo europeo de los productos de bioprotección. Además, tuvo lugar el bloque dedicado a los cítricos, cultivos en los que el control biológico se ha convertido en una pieza clave de los programas de gestión integrada de plagas.

El Foro continúa hoy con ponencias que se centrarán en control biológico en frutales, olivo, frutos rojos y hortícolas.