Paso 1: Limpiar
La limpieza diaria favorece la respiración y salud de la piel. Si hablamos del rostro, cuello y escote, mantener la piel limpia es el primer e imprescindible paso para que las cremas y tratamientos posteriores tengan el efecto deseado.
El frío y la rutina diaria hacen que nos volvamos perezosas, por eso lo mejor es que el ritual de limpieza lo realices nada más llegar a casa. Recuerda aplicar tónico facial tras utilizar tu producto limpiador favorito.
Un truco: para atenuar los signos de cansancio, mitigar la hinchazón y revitalizar el rostro, acaba el gesto de limpieza y tonificación con agua helada y aplica a continuación tu serum y crema de noche.
Agua micelar limpiadora: apta para pieles sensibles, con extracto de malva de propiedades calmantes, suavizantes e hidratantes. Es hipoalergénica y no contiene alcohol.
Desmaquillante de ojos bifásico: limpia y elimina cualquier maquillaje, incluso los de larga duración y resistentes al agua. Su fórmula en dos fases, acuosa y oleosa, limpia en profundidad hidratando, suavizando y calmando la delicada zona de los ojos y labios. Es hipoalergénico y no contiene alcohol ni perfume.
Toallitas desmaquillantes para rostro y ojos: limpian, tonifican e hidratan a la vez que cuidan la piel gracias a su fórmula hipoalergénica sin alcohol ni parabenos. Disponibles para piel seca y normal y mixta.
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