La novedad no son los datos en sí mismos. De hecho ya hace muchos años que la información sobre nuestro propio negocio está a nuestro alcance y de forma fácil: facturación, clientes, ventas por temporada, beneficio por venta... son datos que siempre hemos manejado sin problema. Pero el desarrollo de la tecnología y la consecuente digitalización de nuestras empresas conlleva entre otras cosas, tener a nuestro alcance muchísimos datos que nos pueden servir para mejorar procesos, orientar nuestro marketing, optimizar nuestros stocks, y en definitiva personalizar de la mejor manera ofertas a nuestros clientes.
El reto es convertir los datos aislados en información organizada para la toma ràpida de decisiones: lo que ahora se llama Big Data
El Big Data nos ayuda a recabar información estructurada y concreta (palabras, números) como pueden ser datos de la competencia, tendencias comerciales, predicciones en precios, y también información no estructurada de alcance global (datos que no pueden ser llevados a una base de datos convencional, como opiniones en las redes sociales, conversaciones en blogs, visualizaciones y comentarios en videos)..
Existen multitud de ejemplos prácticos que ya están usando datos a su alcance para gestionar mejor su negocio. Una tienda de ropa femenina de Barcelona (negocio familiar con solamente una tienda abierta en una zona no muy comercial) ha sabido sacar rédito de sus datos. Por una parte, y dada la historia de más de 20 años de funcionamiento, sabe perfectamente cuándo son sus mejores días para vender. Han hecho campañas para que el precio medio del ticket (dato que poseen en tiempo real) pueda aumentar un 10% de forma inmediata. Por otra parte saben interpretar perfectamente lo que dicen sus clientes en las redes sociales habituales, y dan respuesta inmediata a ellas. A la vez, poseen una Base de Datos de clientes para informarles de posibles ofertas y promociones en función de diferentes parámetros que pueden ir definiendo sobre la marcha. Su última apuesta es valorar con otras tiendas del barrio, ventas cruzadas, una vez han hecho intercambio de datos (en concreto una zapatería).
Otro ejemplo. Una tienda de comidas preparades que, estudiando los datos a su alcance, no logran entender por qué determinado fin de semana (el segundo de cada mes), venden muchas más pizzes, que el resto de los fines de semana. El Big Data trata de plantearse nuevas preguntas. Ellos lo han hecho, y tras un Trabajo de investigación de datos a su alcance (en este caso, datos abiertos al alcance de todos) han descubierto la causa. En su zona de influencia existe una asociación femenina cultural, que cada segundo fin de semana ofrece a sus asociadas, sesiones de teatro específicas para ellas. Parece ser que los clientes potenciales de la tienda de comida preparada prefieren la pizza por encima de otros productos. A partir de la respuesta han sabido segmentar y personalizar la oferta.
Al margen de estos dos ejemplos, hemos de ser conscientes que esta tecnología plantea tres retos importantes:
El Big Data se utiliza en la operativa diaria, y a la vez en concebir la estrategia del negocio. Cuando hablamos en el Sector Retail, podríamos poner en valor algunos aspectos en este sentido:
El Big Data ofrece grandes oportunidades a los comerciantes para facilitar la gestión y toma de decisiones empresariales en el sector retail. No es exclusivo de las grandes cadenas, sino que se trata de encontrar la gestión adecuada al volumen de cada empresa de comercio.
En definitiva, el Big Data llama la puerta. No se puede cerrar, porque hay muchos que ya la han abierto. Empiezan a existir herramientas para todo tipo de volumen de negocio, y tenemos derecho a su acceso. Ya no hablamos de Big Data, sino de Smart Data (datos inteligentes).
Joaquim Fonboté, profesor de ESCODI, la escuela universitaria de comercio