¿Una niña con un disfraz de astronauta? ¿Un niño preparando sus delicias de fantasía en una cocina de juguete perfectamente equipada? ¿O es al revés? Hasta hace muy poco tiempo esto era prácticamente impensable puesto que la gran mayoría de los juguetes para los más pequeños estaban fuertemente marcados por patrones sociales. No eran (ni son) de extrañar juguetes “para niñas” relacionados con el cuidado de la familia, la salud, la educación o las tareas del hogar tales como las manualidades, la compra o la cocina, en contraposición con juguetes “para niños” focalizados más habitualmente en la automoción, la construcción, el deporte o el ingenio, entre otros. Es una situación que sigue presente y que se acentúa particularmente en una época de tan alto consumo como es la Navidad.
Ha empezado el cambio
Por contra, parece que estas diferencias se van diluyendo progresivamente. Tanto es así que en Tiendeo.com, líderes en servicios drive-to-store para el sector retail y expertos en catálogos digitales, 9 de cada 10 de los principales catálogos digitales de juguetes empiezan a ser inclusivos en lo referente al género. La mayoría de los folletos y catálogos cuentan con una oferta más variada e integran en las imágenes y fotografías cada vez más niños y niñas, indistintamente, en diferentes contextos y utilizando diferentes juguetes. Parece que esta creciente necesidad de la sociedad por ofrecer a los más pequeños la posibilidad de elegir dejando de lado los estereotipos está siendo escuchada por las marcas y comercios y se está produciendo lentamente un cambio de paradigma que es ya visible. Asimismo, por tipología de catálogo, observamos que los catálogos pertenecientes a retailers específicos del sector juguete son los que presentan una mayor inventiva e integración, mientras que los publicados por supermercados y grandes almacenes se mantienen más tradicionales en cierto modo.
Los colores siguen siendo la asignatura pendiente
El sector del juguete viene siendo muy estereotipado y la Navidad todo lo multiplica. Un claro ejemplo es el monopolio de colores rosa vs azul, que sigue todavía muy presente tanto en el diseño de los catálogos como en el de los propios juguetes. La buena noticia es que cada vez van predominando nuevos formatos y planteamientos, como los juguetes solidarios que permiten concienciar a la vez que recaudar fondos para proyectos sociales. O los casos de Playmobil y Lego: el primero, incorporando una princesa ciega, una vaquera en silla de ruedas y uno de los personajes con audífonos, y el segundo creando una ciudad adaptada, la Lego City, con la presencia también de la silla de ruedas. Por su parte, marcas emblemáticas del sector como la tan popularizada Barbie representa ahora en una nueva colección diferentes personajes según distintas realidades (e incluso discapacidades físicas) y formas de entender lo que es la belleza.
Los juguetes son un pilar muy importante en la educación constructiva y de ellos los niños extraen fuertes valores en un entorno en el que “todo el mundo es bienvenido”, como dice Mattel de su “Creatable World”, un nuevo concepto de muñecos que vienen equipados con todo tipo de pelucas y accesorios para que sean los niños y niñas quienes experimenten y hagan volar su imaginación. Se empiezan a romper tabúes a favor de una mayor concienciación: otro reto prometedor, sin duda, para el sector retail.