Alimenthia alerta sobre la confusión que puede generar el uso de apps de alimentación como MyRealFood

Alimenthia, app que nace con el objetivo de ayudar a realizar la compra a personas con intolerancias alimentarias o que siguen algún tipo de dieta, alerta sobre la confusa información que pueden tener los usuarios de aplicaciones de escaneo de alimentos como MyRealFood, app basada en el real fooding (‘comida real’) que divide los alimentos escaneados en comida real, buen procesado y ultra procesado. Según Alimenthia, MyRealFood penaliza los productos ultra procesados, considerados perjudiciales, según estudios independientes y sin base científica.
 
Para ofrecer esta información en base a evidencia científica -explican Quim Sanchez y Felix Ribera, fundadores de Alimenthia- las apps deberían basarse en algoritmos de base probada como por ejemplo la escala NOVA”.
 
Los creadores de Alimenthia apuestan por una fórmula, la de informar al consumidor de una sola y única manera sin dar lugar a confusiones, algo que no sucede cuando salen a la luz diferentes métodos para calificar o valorar un mismo producto alimentario. La existencia de métodos alternativos a la escala NOVA o como valorar un producto procesado, no hace más que generar confusión al consumidor y eso podría degenerar en una falta de credibilidad en las apps de escaneo alimentario.
 
El sistema NOVA clasifica los alimentos por su grado de procesamiento, obviando los nutrientes que contengan y solo valorándolos por su industrialización. Este sistema fue desarrollado en 2010 por científicos brasileños y actualmente es un método apoyado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación) y por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
 
NOVA, explican desde Alimenthia, clasifica los alimentos en cuatro grupos: grupo 1 (alimentos naturales como los vegetales, carne animal, pescado, huevos o leche. También se incluyen alimentos mínimamente procesados, es decir, que se hayan troceado, molido, escaldado, tostado, pasteurizado, refrigerado o congelado), grupo 2 (en este grupo se contemplan los llamados ingredientes culinarios, que sirven para cocinar y sazonar), grupo 3 (a partir de este grupo ya se considera que podemos hablar de un alimento procesado. Eso sí, se trata de un proceso de transformación muy simple y siempre con un número inferior a 5 ingredientes), y grupo 4 (se contemplan los alimentos ultra procesados. En el proceso de fabricación se da la molturación, extrusión o prefritura. Tienen alto contenido en sal, azúcar, grasas, estabilizantes, aditivos, potenciadores de sabor, etc.).
 
El funcionamiento de estas apps es muy sencillo: acercar el móvil al código de barras de un producto es suficiente para conocer la calidad nutricional de un alimento. Pueden ser muy útiles a la hora de elaborar un menú saludable o adaptado a las propias necesidades alimentarias, aunque el problema está en que el consumidor, por lo general, tiene un lío monumental en cuanto a conceptos nutricionales y recibe mensajes contradictorios de publicistas, fabricantes y también de dichas apps, según recalcan desde Alimenthia.
 
La preocupación por lo que comemos y por llevar un estilo de vida saludable ha propiciado la proliferación de apps que ayudan al usuario a elegir bien en el momento de hacer la compra. “Está en nuestras manos -concluyen desde Alimenthia- informarse y saber elegir la que puede ser de ayuda. Primero, es fundamental conocer el perfil y necesidades alimenticias de cada uno. Después, elegir una app que responda a criterios científicos y objetivos”.