Agatha Ruiz de la Prada y Cosima Ramírez apuestan por el color en sus diseños para Mar de Frades

Mar de Frades presentó este martes dos ediciones limitadas de su emblemática botella, diseñadas por Agatha Ruiz de la Prada y Cosima Ramírez. Madre e hija han apostado por el color en sus respectivos diseños, pero respetando el azul característico de la botella. El resultado son dos trabajos que sintetizan a la perfección la esencia de Mar de Frades con la personalidad inconfundible de las diseñadoras.

Como viene siendo habitual en estos últimos años, Mar de Frades apuesta por el mundo de la moda, confiando el diseño de una edición limitada a un diseñador de prestigio. En esta ocasión, la bodega gallega incluye una novedad, y es que por primera vez ha presentado dos ediciones limitadas, una diseñada por Agatha Ruiz de la Prada y otra por Cosima Ramírez, quienes han aportado su característico estilo a la icónica botella azul, como ya hicieron en años anteriores Ana Locking, Duyos, Alvarno, Laura Ponte, Jorge Vázquez, Miguel Palacio y Luby Lab.

“Desde 2011, Mar de Frades recorre su camino de la mano del mundo de la moda. Este año apostamos por dos referentes del mundo del diseño, con las que compartimos los valores de rebeldía, excelencia, e inconquistabilidad, y con las que nos hemos sentido muy cómodos desde el principio” ha declarado Paula Fandiño, enóloga de la Bodega Mar de Frades.

Las ediciones de este año destacan por el colorido de uno de los elementos más representativos de la botella, la ola que encontramos alrededor de la etiqueta y que parece jugar con las gaviotas del relieve. En el caso del diseño de Agatha Ruiz de la Prada, la ola la forman corazones de distintos tamaños en tonos rosas y rojos, mientras que en el de Cosima, estrellas amarillas, naranjas, rosas, verdes y azules dan forma a la ola.

“Nos hace mucha ilusión poder agathizar un vino tan emblemático. Hemos tratado de ser fieles a nuestro estilo y el resultado final es una botella maravillosa”, comenta Ruiz de la Prada. Por su parte, Ramírez afirma que “es un honor diseñar una edición limitada de Mar de Frades con Ágatha; además es un vino que nos encanta y que siempre está presente en nuestras celebraciones”.

Corazón y estrella son dos elementos que aparecen también en la etiqueta termocrómica de la botella, sustituyendo al habitual barco del diseño tradicional, de modo que ambos emblemas aparecen en la botella cuando el vino se encuentra a la temperatura óptima para ser servido. Además, el diseño de la etiqueta no ha sido la única colaboración de Agatha Ruiz de la Prada y Cosima Ramírez con Mar de Frades. Ambas han diseñado una bolsa de tela con materiales reciclados, fiel al compromiso medioambiental de la bodega gallega.

Mar de Frades by Agatha Ruiz de la Prada y Mar de Frades by Cosima Ramírez llegarán al mercado el próximo mes de noviembre, y se podrán adquirir en las principales vinotecas, restaurantes y tiendas gourmet en España, así como en la tienda online de Mar de Frades. En cuanto al mercado internacional, las ediciones limitadas también saldrán a la venta en Suiza, México, Estados Unidos, Rusia o reino Unido. Ambas ediciones limitadas contarán con una tirada de 15.000 unidades y el precio de cada botella será de 14, 95 euros.


Bodegas Mar de Frades

Bodegas Mar de Frades nace en 1987 y su trayectoria es paralela a la de la D. O. Rías Baixas. Pionera en la zona, representa la interpretación de la más arraigada tradición del Valle del Salnés, capital histórica del albariño. Sus nuevas instalaciones se inauguraron en 2007, situadas a pie del viñedo Finca Valiñas, en la ladera sur del monte del mismo nombre en el centro del valle del Salnés, con la ría de Arosa enfrente, donde llegan las brisas del Atlántico.

Acompañando al desnivel de la finca, el edificio de Mar de Frades se integra en el paisaje revestido del gris granito tan característico y cubierto con cobre, bruñido por los rigores del clima gallego. Recibe al visitante y da entrada a la bodega la figura de una vela simbólica de nuestro barco, rasgo de identidad de Mar de Frades.

Con más de veinte años de antigüedad, las parras de albariño se elevan emparradas formando un tapiz alejado de la humedad del suelo y recibiendo la brisa que llega del Atlántico. Un suelo extremadamente pobre y poco profundo formado por arenas de descomposición de granito imprime el carácter mineral de sus vinos.

El Albariño ofrece momentos únicos e inesperados, que trasladan a las orillas del Atlántico y recuerdan la llegada de la vendimia y el soplo de este vino salino. Porque hay que tener la capacidad de encontrar la belleza en cada pequeña cosa, en cada pequeño detalle que nos rodea, algo que es capaz de volcarlo cada año Mar de Frades en la elaboración de su vino.

www.mardefrades.es