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Producto sanitario vs. Producto cosmético ¿sabes en qué se diferencian?

El laboratorio Olyan farma es experto en productos sanitarios, su vademécum es un claro ejemplo, como su novedad Rosaid, un tratamiento multifactorial que ayuda a controlar todos los aspectos de una piel que cursa con rosácea, o la crema corporal Boskin, perfecta para mantener la hidratación de las pieles sensibles, o extremadamente secas, y conseguir calmar e hidratar la piel atópica, o con psoriasis, en los periodos interbrotes.

Lo cierto es que, la mayoría de las veces, cuando un paciente acude a la farmacia en busca de ese producto que el dermatólogo le ha recetado para el cuidado o el tratamiento de su patología, se sorprende de la diferencia de precio que puede existir entre algunos productos que en principio “sirven” para lo mismo.

Esta diferencia es a causa de que, en algunos casos, el producto que van a adquirir no es un producto cosmético, sino un producto sanitario.

Los productos sanitarios ofrecen una garantía añadida en los tratamientos realizados por el dermatólogo, ya sea como apoyo o como mantenimiento de distintas patologías. Pero ¿por qué? 


¿Cuál es la diferencia si ambos productos se venden en farmacia y sirven para lo mismo?

Un producto sanitario está regulado según la directiva 93/42/CEE y se define como: instrumento, dispositivo, equipo, programa informático, material u otro artículo, utilizado solo o en combinación con cualquier accesorio cuyo fin sea específico para el diagnóstico y/o terapia, y que intervengan en su buen funcionamiento y, además, destinado por el fabricante a ser utilizado en seres humanos con el objetivo de:

  • Diagnóstico, control, tratamiento o alivio de enfermedad.
  • Diagnóstico, control, tratamiento, alivio o compensación de una lesión o de una deficiencia.
  • Investigación, sustitución o modificación de la anatomía o de un proceso fisiológico.
  • Regulación de la concepción, y que no ejerza la acción principal que se desee obtener en el interior o en la superficie del cuerpo humano por medios farmacológicos, inmunológicos ni metabólicos, pero que cuya función pueda contribuir a tales medidas.
Esta definición, como cualquier directiva administrativa, parece que lo explica muy bien, pero en resumidas cuentas UN PRODUCTO SANITARIO TIENE INDICACIÓN, es decir, es un preparado específico para el tratamiento de una patología en concreto, ya que ha tenido que pasar diversos controles para demostrar su eficacia y seguridad a nivel europeo.
 
Y el consumidor, ¿cómo puede diferenciarlos a simple vista? ¿en qué se tiene que fijar?

Para saber si se trata de un producto sanitario tenemos que buscar el marcado CE en el etiquetado del producto y en el embalaje. Este símbolo indica que el producto cumple con la legislación europea para ser utilizado con su fin concreto.

Entonces, el producto cosmético, ¿no tiene indicación? La respuesta es no, y ¿por qué aconsejan su uso para realizar ciertos cuidados?

En este caso el producto cosmético se define, según el reglamento 1223/2009, como toda sustancia o mezcla destinada a ser puesta en contacto con las partes del cuerpo humano (epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos) o con los dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado o corregir los olores corporales.

En resumen, un producto cosmético tiene como objetivo limpiar, perfumar, proteger y mantener un buen estado del cuerpo humano, pero NO TIENE INDICACION EN TRATAMIENTO
porque no llevan el marcado CE que le otorga esta característica.

 
¿Cómo diferenciar un producto sanitario vía tópica de un producto cosmético?

  1. El producto sanitario siempre tendrá un marcado CE.
  2. El producto sanitario tiene como objetivo el control, tratamiento o alivio de una enfermedad.
  3. El producto cosmético tiene como objetivo limpiar, perfumar, proteger y mantener en buen estado el cuerpo humano.
Además, según Iván Lorenzo, asesor científico de Olyan farma, Un cosmético se puede adquirir tanto en una perfumería como en un centro comercial, mientras que los productos sanitarios, en su mayoría, se venden en exclusiva en la farmacia, ya que son productos que se recomiendan en consultas dermatológicas, al garantizar una eficacia en los tratamientos y una seguridad extra para el paciente. Esto les convierte en un gran aliado no solo del dermatólogo, sino también del farmacéutico, que realizan una atención personalizada a cada paciente”.