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El decálogo de Arla para comer bien durante las vacaciones

Un año más Arla ha centrado su campaña anual en la alimentación consciente, con diez claves para aprender a escuchar las necesidades de nuestro cuerpo y poder llevar una alimentación equilibrada incluso en verano

El verano tiende a ser sinónimo de excesos alimenticios. Arla, marca abanderada del equilibrio en todas sus formas, tiene un decálogo del mindful eating que nos permite disfrutar de las vacaciones sin descuidar nuestra alimentación. La alimentación consciente es un proceso a través del cual se logra establecer una conexión entre las emociones y la comida. Nos permite comprender por qué comemos cada alimento y nos hace reflexionar sobre su aporte nutricional. Se come con intención y atención, siendo plenamente conscientes de cada bocado, escuchando las necesidades que presenta nuestro cuerpo y respetando sus respuestas. El cuerpo es una máquina perfecta, por eso hay que escucharla y respetar los mensajes que nos envía. De este modo, Arla promueve el mindful eating entre sus consumidores para transformar su alimentación en un proceso placentero y consciente que ayuda al cuidado de la salud. Para ello, ha realizado un decálogo que nos ayudará a conseguirlo:

1.      ¿Qué me lleva a comer esta comida?

¿Estás siendo víctima de un antojo? Hay que evaluar si realmente el cuerpo está pidiendo ingerir una determinada comida o, si por el contrario, únicamente somos víctimas del hambre emocional, la ansiedad, o cualquier otro sentimiento. Es importante potenciar los alimentos saciantes, como pueden ser las proteínas, verduras, frutas o legumbres.

2.      ¿Lo que veo en el plato me atrae visualmente?

Como dice la famosa frase: “comer con los ojos”, es importante preparar un plato visualmente agradable. También es fundamental tener en cuenta si su olor aumenta o disminuye el hambre.

3.      ¿Identifico cuáles son cada uno de los ingredientes de mi plato?

Apuesta por alimentos frescos y naturales, que cuenten con el menor grado de procesamiento posible. Las frutas, las verduras, las legumbres, los quesos de Arla, o el pescado, siempre son un acierto.

4.      ¿Conozco la procedencia de los ingredientes?

Presta atención a los ingredientes que se utilizan para elaborar los productos y asegúrate de que sean de origen natural. Lee las etiquetas para ser consciente de lo que compras.

5.      ¿Logro sentir una conexión con los alimentos?

Al comer con intención y atención, se forja la comunicación entre el cuerpo y los alimentos. Ingiere el alimento de forma consciente en función de las señales que te lanza el cuerpo.

6.      ¿Cubre ese plato mis necesidades nutricionales?

Has de preguntarte si realmente va a aportar algún beneficio a tu organismo, o si es un alimento que resulta más nocivo que provechoso para el propio cuerpo y la salud. No hay que dejarse llevar por los impulsos.

7.      ¿Mi cuerpo funcionará mejor si como todo lo que hay en el plato?

Escucha a tu cuerpo y conoce sus límites. El estómago emitirá señales a medida que se vaya llenando. No ingieras más cantidad de lo que te pide tu cuerpo. Busca la saciedad, pero evita la pesadez y los empachos.

8.      ¿Qué emociones entran en juego durante todo el proceso?

Reconocer e identificar los sentimientos que florecen en el proceso de ingesta es parte imprescindible de la práctica del mindful eating.

9.      ¿Cómo me siento después de comer?

Si has sido respetuoso con tu organismo, te invadirá un sentimiento positivo y de satisfacción. Si el resultado es contrario a esto, revisa en qué has podido fallar.

10.  ¿Qué nivel de hambre tengo al empezar? ¿Y después?

Es importante escuchar a nuestro cuerpo y comer despacio, puesto que la sensación de saciedad puede tardar hasta 30 minutos en llegar.

Come, compra y consume de manera consciente este verano, de la mano de productos y marcas como Arla, que te ayudan a conseguir este despertar saludable, distanciándote de alimentos antinaturales, ultraprocesados y poco sostenibles.