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AENOR: el sello que garantiza la calidad de las empresas de ASOFRIO

Con una facturación de más de 5.000 millones de euros, y más de 22.000 empleos, el sector ha experimentado tasas de crecimiento muy superiores a las del PIB de España.

Piden la supresión de una tasa sobre los gases que penaliza al instalador y al consumidor, y que no existe en Europa.

Esa imposición fiscal ha provocado la aparición de un mercado negro de gases, origen de la competencia desleal, que la administración debería combatir.

AENOR y Asofrío, la única central de compras y servicios de empresas instaladoras existente en España especializada en los sectores de refrigeración, climatización y calefacción, presentarán el sello de calidad que acreditará la calidad de los servicios que prestan los instaladores y garantizara a sus clientes que los trabajos cumplen los estándares más exigentes en la instalación. Este sello será un distintivo de las 28 empresas que forman parte de ASOFRIO, que facturan 250 millones de euros anuales y mantienen a 1.800 empleados.

Asofrio es un referente nacional y sus clientes son empresas de distribución alimentaria, principalmente a los que brindan además de la instalación, el mantenimiento de los equipos de refrigeración de sus establecimientos y plataformas logísticas. Por otro lado, también acometen importantes instalaciones de refrigeración industrial y de climatización.

Búsqueda de la eficiencia energética

Mediante este sello de calidad, un organismo externo acreditado verificará que las empresas que componen Asofrío cumplen todos los requisitos normativos y de calidad necesarios, ofreciéndoles a los clientes de esas empresas un importante valor añadido de garantía de calidad.

Este sello certificará la diferenciación de empresas que cumplen con todas las exigencias normativas, que asesoran a sus clientes en la continua búsqueda de la eficiencia energética, que son eficientes en la gestión de sus organizaciones, que buscan la continua mejora en la calidad de servicio a sus clientes y que dispongan de políticas de RSC integradas en su actividad.

Que el instalador cualificado vuelva a ser prescriptor

Es fundamental, que los instaladores cualificados recuperen el lugar adecuado en el sector. Para alcanzar este objetivo se hace necesario poner en valor el impacto que sus buenas prácticas tienen en el cliente. Es por ello, que es imprescindible la aportación de experiencia, conocimientos técnicos y entendimiento de peculiaridades de cada instalación singular. Así es como se logrará maximizar el rendimiento de la misma la máxima optimizando los costes energéticos y de mantenimiento.

El contexto en el que nos encontramos, actualmente, de cambio normativo y de avances tecnológicos está provocando, aún más si cabe, la diferenciación de las empresas instaladoras y mantenedoras en cuanto a preparación, cualificación técnica y por supuesto en servicio.

Las empresas instaladoras cualificadas, ofrecen a sus clientes una visión imparcial y objetiva, planteando soluciones que se ajustan a sus necesidades de la manera más eficiente. Enfrente están las empresas que, interesadas tan sólo en una determinada tecnología, ofrecen servicios llave en mano exentos de imparcialidad ni objetividad.

Optimizar costes energéticos

En una instalación de refrigeración, el coste más relevante, a lo largo de su vida útil, es el energético (60%), lo cual hace imprescindible su optimización. Para ello, es importante, tanto, una buena selección de equipos técnicos y como de instaladores cualificados. Una instalación puede disponer de los equipos más eficientes del mercado, sin embargo, nunca podrá funcionar de modo optimizado sin los conocimientos técnicos adecuados. Esto es debido a que el ahorro energético en una instalación no depende, solamente, de sus componentes individuales. Para alcanzar ese doble objetivo de ahorro y optimización, el instalador tiene que estar cualificado para gestionar la instalación como un conjunto.

La competencia de las multinacionales

Por otro lado, el sector de la refrigeración es un sector de mucha competencia, donde han irrumpido grandes multinacionales de fabricantes que cuando prescriben su tecnología a los clientes ofrecen un servicio llave en mano. Estas empresas requieren de empresas instaladoras únicamente como mano de obra, provocando la pérdida de valor de éstas dentro de los agentes que intervienen en el sector.

En ese sentido. las empresas que forman el grupo Asofrío, son empresas instaladoras de climatización y refrigeración comercial e industrial de referencia a nivel nacional, altamente formadas y cualificadas. Todas ellas cuentan con experiencia en todas las nuevas tecnologías disponibles en el mercado. Además, todas estas empresas destacan por su competitividad y por ofrecer el mejor servicio a sus clientes, importantes sumandos en su cadena de valor.

La refrigeración en la economía y representación del instalador.

La Refrigeración, presente prácticamente en todos los sectores, ha hecho posible el desarrollo y crecimiento de otros sectores. Esto convierte a las empresas de este campo en un eslabón necesario en industrias como la agroalimentaria, automoción, turismo y hostelería, farmacéutica, entre otros. Este factor necesario acaba por repercutir en la generación de un valor añadido que representa aproximadamente el 40% del PIB de España

Con una facturación de más de 5.000 millones de euros, y más de 22.000 empleos, el sector ha experimentado tasas de crecimiento muy superiores a las del PIB de España.

Este crecimiento del sector viene generado, en buena medida, como consecuencia del cambio tecnológico hacia otro con menor impacto ambiental de obligado  los propietarios de instalaciones frigoríficas que no se ajusten a la normativa europea.

Estos cambios normativos han hecho que el sector invierta en I+D, y en formación suponiendo un esfuerzo para las empresas que lo conforman, teniendo que asumir riesgos para adaptarse a estos cambios, pero también ha provocado que el sector se dinamice.

El sector necesita adquirir identidad propia

Que el sector adquiera identidad como sector industrial especifico y reconocido, facilitará que las empresas que lo conforman puedan seguir creciendo. Esta falta de identidad hace que, por ejemplo, no exista un convenio concreto que se ajuste a la actividad realizada por las empresas instaladoras de refrigeración y climatización, lo que dificulta, de manera importante, su gestión. Actualmente el convenio al que se deben acoger estas empresas es el de la industria siderometalúrgica regulado a nivel provincial, donde están incluidos actividades como las de los fabricantes de equipos (entre otros). El problema es que esta regulación no recoge muchas de las peculiaridades de la actividad desarrollada por las empresas instaladoras de equipos de refrigeración y climatización. Esto hace necesario la existencia de un convenio específico para este colectivo donde se regulen, conforme a la actividad de estas empresas, aspectos como los requerimientos de los diferentes grupos profesionales o, también, las peculiaridades que pueden tener las jornadas de laborales para poder dar el servicio a sus clientes propio de su actividad.

Inexistencia de un CNAE

O si se prefiere, una Clasificación Nacional de Actividades Económicas propio para estas empresas instaladoras de equipos de refrigeración y climatización. El existente en la actualidad engloba, junto a las empresas del sector de la refrigeración y climatización, a otras como las de fontanería. Por ejemplo, esta carencia impide valorar, de manera adecuada y a nivel de la Administración, el impacto de estas empresas instaladoras de refrigeración y calefacción en la economía española.

100% de empleabilidad en el sector… y pocos aprendices

La falta de visibilidad del sector de las empresas instaladoras de equipos de refrigeración y climatización, hace que, como generadores de puestos de trabajo, tengan serias dificultades para encontrar gente cualificada fundamentalmente mecánicos especializados en refrigeración (mecánicos con conocimientos de soldadura termodinámica y electricidad).

Los centros de enseñanza media, en módulos de nivel 1 y 2 en materias del ámbito de la refrigeración, tienen problemas para reclutar alumnos, debido a la baja demanda que tiene esta formación. Esto, contrasta con la tasa de desempleo actual del 14% aproximado, y con la realidad del sector de la refrigeración, maduro y en crecimiento, con 100% de empleabilidad, donde los puestos de trabajo de campo están bien remunerados (entre 9.000 y 42.000 euros al año). Además, el desempeño de estos empleos capacita y forma hacia una proyección profesional dentro del sector al adquirirse, por la vía experiencia profesional, los mayores conocimientos.

Es conveniente destacar, que la actual formación de estos profesionales necesitaría de un componente práctico mayor para que fuera lo más efectiva posible y que las empresas, como ocurre a día de hoy, no tuvieran que invertir tantos recursos en la preparación de técnicos que no tienen experiencia.

Mucho intrusismo laboral

A la elevada exigencia de la normativa actual, que impacta, directamente, en los costes del sector de la refrigeración, las empresas tienen que sumar un segundo frente de lucha:  el intrusismo de quienes no tienen la cualificación adecuada para la realización de determinados trabajos y que, en muchos casos, no incurren en costes derivados de la aplicación de estas reglamentaciones. Este intrusismo, causa muchos perjuicios y daña a los profesionales que cumplen la normativa y dan un servicio satisfactorio y de garantía a sus clientes. Es importantísimo el control de la aplicación de estas reglamentaciones por parte de los órganos competentes para minimizar este impacto.

Tasas que penalizan al instalador y al consumidor

En materia de política fiscal el sector de los instaladores frigoristas y de climatización que trabajan con gases fluorados, se ha visto muy afectado por un impuesto que se introdujo en nuestro ordenamiento fiscal el 1 de enero de 2014 sobre estos gases de efecto invernadero.

Este impuesto va dirigido al consumidor final de estos gases, Sin embargo, está afectado al sector de los instaladores, incrementando sus costes administrativos y financieros como consecuencia del papel que se les ha asignado con esta ley. La aplicación de esta legislación, en el día a día del instalador, se traduce en que debe recaudar de los consumidores finales y liquidar con la Agencia Tributaria dicho impuesto. Es decir, que a la vez que emite la factura de gas al cliente final, debe facturar en la misma dicho impuesto, y en ocasiones, con independencia de haberla cobrado o no, debe liquidarlo con Hacienda. Esto, está provocando en pequeñas y medianas empresas falta de liquidez. ¿La consecuencia? Estas pymes que hacer verdaderos esfuerzos para mantenerse bajo esta presión fiscal.

Mercado negro

Además de estos inconvenientes de incremento de costes administrativos y financieros, ya comentados, este impuesto ha dado lugar a la aparición de un mercado negro contra el que el instalador también tiene que competir desde la desigualdad. Es imprescindible que las administraciones competentes dispongan de controles exhaustivos, ya que el mercado negro puede afectar a las oportunidades de negocio de las empresas que si pagan sus impuestos.

Aunque la directiva que hizo que se creara esta ley, fue europea, solo en España se aplicó esta política impositiva.

Aunque el espíritu inicial de la tasa fue promover el cambio de tecnología que usaba gases fluorados de efecto invernadero, la realidad es que en España se ha evolucionado de manera similar al resto de los países de la Unión Europea que no han sufrido esta política impositiva: recaudando menos impuestos de los previstos.

El reto de la transformación digital

Tarea pendiente común a otras muchas pymes, la transformación digital permitiría a las empresas de refrigeración, climatización y calefacción optimizar sus procesos internos, y donde interactúen con el cliente de manera más ágil e innovadora. El modelo de empresa al que estamos acostumbrados ya no sirve, pues las necesidades de los clientes han cambiado.  Este reto de adaptación a las nuevas demandas supone un verdadero esfuerzo para las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, también es una oportunidad para poder diferenciarse, sobre todo en un entorno tan competitivo como el de la refrigeración.

Sólo un 10% de mujeres en el sector

Tanto en la estructura como en puestos de dirección. Ese es el pequeño porcentaje de representación femenina en el sector. Por este motivo, en las políticas de responsabilidad corporativa de las empresas de refrigeración, climatización y calefacción deben incluirse políticas de igualdad. Estas deben garantizar la ausencia de discriminación directa o indirecta por razón de sexo, contribuyendo, así, a una igualdad de oportunidades real y efectiva entre hombres y mujeres. Está claro que el equilibrio entre géneros, en cualquier empresa y a todos los niveles produce resultados positivos, pero aún queda mucho camino por recorrer. El primer reto sigue siendo lograr la conciliación entre vida personal y laboral, principal obstáculo que siguen encontrando las mujeres, sobre todo en puestos de responsabilidad, a las que se pide total disponibilidad horaria y geográfica.

Asofrío es un ejemplo de esta evolución necesaria, tanto a nivel de empresas socias, donde se han incorporado varias mujeres como gerentes o en puestos de dirección en los últimos años, como en la propia plantilla de Asofrío, la cual ha pasado de ser prácticamente masculina a ser el 90% femenina.

Qué es Asofrío

Asofrio fue fundada en el 2002 con el fin de aglutinar las compras de varias empresas instaladoras de equipos de refrigeración, para, de este modo, tener más fuerza en el mercado y obtener mejores condiciones de compra.

Hoy, el capital de la sociedad se divide en veintiocho participaciones, de otras tantas empresas instaladoras y mantenedoras de equipos de refrigeración y climatización distribuidas a lo largo de todo el territorio peninsular. Concretamente, ocho de ellas tienen como actividad principal la instalación y mantenimiento de sistemas de climatización, mientras que el resto se encargan de la instalación y mantenimiento de sistemas de refrigeración. Con más de 25 años de antigüedad, estas empresas suman una facturación de más de 250 millones de € y emplean a más de  1.800 personas.

Las empresas que conforman Asofrío son un referente a nivel nacional. Tienen como clientes a las principales empresas de distribución alimentaria, para quienes trabajan en la instalación y mantenimiento de los equipos de refrigeración de sus establecimientos y plataformas logísticas. Por otro lado, estas empresas también acometen importantes instalaciones de refrigeración industrial y climatización.