El tratamiento continua con una mascarilla coorporal de Rhododendron, que revitaliza las células y favorece la regeneración cutánea, culmina con un masaje profundo con Bioaromas para activar la circulación y paliar la flacidez provocada por la exposición solar. Después de terminar con el protocolo corporal, se inicia el tratamiento facial, con la aplicación de un peeling ultrasónico para eliminar las células muertas y mejorar la permeabilidad celular, seguido de un drenaje facial realizado con ventosas específicas faciales, que oxigenan y desintoxican las células del rostro. Se continua con un masaje facial y una mascarilla regeneradora, y se termina con el ultrasonido para realzar la vitalidad del rostro. El resultado: una piel limpia de células muertas, tonificada y regenerada. |