Redes que salvan vidas

Según la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), “los alimentos que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer”. Además, las alertas alimentarias generan mucha inquietud en el consumidor, que cada vez con mayor frecuencia se pregunta cómo se controla la inocuidad y calidad de los alimentos que adquiere, tanto de los exportados como de los producidos en su país.

EROSKI CONSUMER ha querido analizar el funcionamiento del sistema de gestión de alertas alimentarias (tanto en España como en el ámbito internacional), cuya finalidad última es proteger la salud pública, prevenir el fraude y el engaño, evitar la adulteración de los alimentos y fomentar el comercio. Todos ellos objetivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para ello, se han utilizado varias fuentes: OMS, FAO, EUFIC (Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, en sus siglas en inglés), la Comisión Europea, AECOSAN, FIAB (Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas), ELIKA (Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria) y OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).

Impacto

Casi una de cada diez personas en el mundo enferma cada año por ingerir alimentos contaminados; en total, hasta 600 millones de personas. 420.000 mueren y 125.000 son niños menores de 5 años. Son datos de un informe elaborado por la OMS sobre el impacto de los alimentos contaminados en la salud y en el bienestar, y titulado “Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria”.

Según este estudio, la región europea es la menos afectada en el mundo por las enfermedades de transmisión alimentaria. Aún así, más de 23 millones de europeos enferman cada año por tomar alimentos malsanos y 5.000 mueren.

Las enfermedades más comunes en Europa provocadas por alimentos insalubres son las diarreicas. Unos 15 millones de personas se infectan por norovirus (grupo de virus que son la causa más común de la gastroenteritis) y 5 millones por campilobacteriosis (enfermedad infecciosa producida por bacterias del género Campylobacter y que generalmente se transmite al ser humano a través de aves infectadas). Además, según la OMS, la salmonelosis tifoidea (infección causada por la bacteria Salmonella typhi) causa en la región europea el mayor número de muertes, casi 2.000 al año.

Además, la toxoplasmosis transmitida por alimentos (una enfermedad parasitaria grave que se propaga por medio de carne cruda o mal cocida, así como verduras y frutas mal lavadas) afecta a más de 1 millón de personas en la región cada año. Por último, la OMS destaca la listeriosis (infección grave que generalmente se propaga al consumir verduras crudas contaminadas, comidas preparadas, carnes procesadas, pescado ahumado o quesos blandos), que causa alrededor de 400 muertes al año.

Los peligros

La FAO y la OMS destacan una serie de factores que contribuyen a poner en riesgo la inocuidad y calidad de los alimentos: prácticas agrícolas inadecuadas, falta de higiene en todas las fases de la cadena alimentaria, ausencia de controles preventivos en las operaciones de elaboración y preparación de los alimentos, utilización inadecuada de productos químicos, contaminación de materias primas, ingredientes y agua o almacenamiento insuficiente o inadecuado, etc.

Además, se enumeran otros peligros: microorganismos patógenos (como E.coli o salmonela), residuos de plaguicidas alimentarios, contaminantes de metales pesados y ambientales, contaminantes químicos (incluidas las toxinas biológicas), adulteración, organismos genéticamente modificados, alérgenos y residuos de medicamentos veterinarios y hormonas promotoras del crecimiento, utilizados en la producción animal.

Para proteger a los consumidores, se ha creado una red internacional de vigilancia y control de los alimentos con ramificaciones internacionales, regionales y nacionales. La FIAB, en su manual “Gestión de alertas de seguridad alimentaria”, la define como un sistema de comunicación entre puntos de contacto que permite a las autoridades competentes transmitir rápidamente información crucial sobre los posibles riesgos que ciertos alimentos pudieran tener para la salud humana. Esto permite, según la entidad, tomar las decisiones oportunas, entre ellas, inmovilizar el producto o retirarlo de una forma ágil.

Red de vigilancia

En el ámbito internacional, quien orienta las acciones de control y coordina los requisitos de calidad e inocuidad de los alimentos es la Comisión del Codex Alimentarius. Reúne miles de normas sobre higiene, etiquetado, residuos de pesticidas y medicamentos usados en veterinaria, sistemas de inspección y certificación de las importaciones y exportaciones, métodos de análisis y muestreo, aditivos alimentarios, contaminantes y nutrición y alimentos para usos dietéticos especiales, entre otras.

Para el intercambio de información sobre cualquier riesgo para la salud existen varias organizaciones a diferentes niveles (internacional, comunitaria o nacional):

  1. INFOSAN (Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos), a nivel internacional.
  2. RASFF (Rapid Alert System for Food and Feed), en Europa.
  3. SCIRI (Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información), en España.