A Night Like No Other. Las noches sensoriales que se convertirán en una película al ritmo de Brockmans Gin

Tres eventos irrepetibles organizados por Brockmans Gin en el marco de lugares insólitos y escondidos se convertirán en una película de la mano de un talentoso director que dará protagonismo a las emociones de un público capturado por la magia de un espectáculo inolvidable  

 

Tres noches y un solo guión en cuyas páginas se capturará el lado sensorial de la noche según Brockmans Gin. Músicos, escenógrafos, pintores digitales, artistas y doscientos invitados han protagonizado, la noche del 3 de junio en Madrid, el primer acto de A Night Like No Other, el evento del año que se convertirá en una película del director extremeño Pablo Vega, ojo invisible encargado de convertir en celuloide el brillo seductor de una ginebra que ha cambiado para siempre la experiencia de un Gin Tonic. 

En el marco de lugares insólitos y clandestinos se ha celebrado el miércoles en Madrid la primera puesta en escena de una película en directo que es la puerta de acceso al imaginario sensorial de Brockmans Gin, la ginebra inglesa que hace del misterio de la noche su linfa vital. 

Escenógrafa del evento ha sido María Puig, cuya experiencia en el mundo del cine ha aportado un toque de magia y sofisticación a la noche más larga del año. En un espacio con vocación vanguardista el arte urbano ha sido el vehículo de expresión privilegiado para vivir las experiencias sensoriales como metáfora del sabor intensamente suave de Brockmans Gin. 

A Night Like No Other es un viaje entre los archipiélagos de la experimentación artística contemporánea cuyo lenguaje entra en sintonía con el vanguardismo de una ginebra que no se parece a ninguna otra. El rodaje en directo ha convertido la Sala Neomudéjar en un set de cine donde realidad y ficción se han mezclado bajo el ojo indiscreto de las cámaras. 

De las tres noches Like No Other saldrá un Art Film que será un fresco de imágenes en movimiento de la galaxia Brockmans con su atrevido repertorio de espectáculos que nacen de la experimentación y de la voluntad de sorprender. Arquitectura lumínica, pintura acrílica y Graffitis digitales han intensificado las tonalidades oscuras de la paleta de Brockmans Gin dentro del escenario de la emblemática Sala Neomudéjar, símbolo del desarrollo industrial del siglo XIX. Entre vagones de mercancía, antiguas calderas y lucernarios ha subido el telón detrás del cual vista, olfato y gusto se han rendido al mundo de Brockmans Gin, con una banda sonora marcada por las intensas actuaciones de percusionistas y voces góspel. 

Envuelta en una oscuridad interrumpida por sofisticados juegos de luz, la Neomudéjar se ha convertido el pasado miércoles en una tierra de frontera entre el lujo y la clandestinidad donde Brockmans ha celebrado el valor artesanal de su receta con una sala para olfatear los botánicos que hacen de su inconfundible sabor un viaje hacia lo exquisito. 

La próxima etapa será el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla el 1 de julio.

 

El viaje dentro de la noche acaba de empezar. 

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