MISIÓN ESPACIAL ARDBEG

Impacto de la microgravedad en la maduración del whisky

La destilería Ardbeg es conocida por emprender proyectos que abren nuevos terrenos para el Single Malt. Así pues quizá también era el destino de Ardbeg (un destino, podría decirse, escrito en las estrellas) convertirse en la primera destilería en cruzar la última frontera y enviar su whisky más allá de los confines del planeta. 

El experimento «Ardbeg in Space» se convirtió en realidad hace cuatro años, en 2011, cuando la Destilería fue invitada a tomar parte en un experimento pionero que buscaba entender cómo reaccionarían en condiciones de microgravedad el  de whisky y los terpenos, que son las unidades estructurales que conforman el sabor del destilado. En el marco de este experimento, la empresa de investigación espacial estadounidense NanoRacks enviaría a la Estación Espacial Internacional una serie de ampollas, cada una con 6 ml de, que se mantendrían allí orbitando en torno a la tierra durante casi tres años.  

A la vuelta de las ampollas, un grupo de investigadores procedería a comparar su contenido con el de otro whisky madurado en ampollas semejantes en la Bodega 3 de Ardbeg, situada en la isla escocesa de Islay, tal como explica el Dr. Bill Lumsden, Director de Destilación y Creación de Whisky: «Queríamos determinar si el whisky tendría un comportamiento diferente en la microgravedad (gravedad cercana a cero) del espacio y averiguar cómo se verían afectados el gusto y la textura de Ardbeg.» 

A unos 320 kilómetros de la superficie terrestre, la Estación Espacial es verdaderamente otro mundo comparada con la remota isla frente a la costa de Escocia que alberga la Destilería y desde donde Ardbeg, conocida por sus seguidores como el whisky de malta definitivo de Islay, ha estado destilando los últimos 200 años.  

El viaje de Ardbeg rumbo a lo desconocido empezó, pues, a las 10:11 h GMT del 30 de octubre de 2011, cuando las ampollas que contenían el  Ardbeg recién preparado (whisky recién salido del alambique) y fragmentos de roble carbonizado procedentes de la bodega de Ardbeg fueron lanzadas al espacio en la nave espacial de carga no tripulada Russian Progress 45 mediante un cohete propulsor Soyuz. Las ampollas emprendieron el vuelo en el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, el mismo centro espacial internacional desde el que en 1957 partió para ponerse en órbita el Sputnik Uno, el primer satélite terrestre de fabricación humana.  

El 2 de noviembre, a los tres días del lanzamiento de Ardbeg, la tripulación de la Estación Espacial Internacional acoplaba el cohete Soyuz. Allí, su preciosa carga empezó a orbitar en torno a la tierra a una velocidad de a una velocidad de 77,724 kilómetros por hora, 15 veces por día. En palabras del Dr. Bill Lumsden: «Aunque el cohete partió en 2011, había que esperar hasta 2012 para Lumsden que comenzase el experimento, en el momento en que los científicos de la Estación Espacial rompieron la membrana que separaba los dos componentes de las ampollas, y ello al mismo tiempo que se abría también la membrana en las muestras situadas en la tierra. Con ello, el recién preparado se mezclaría con el roble, replicando, en la mayor medida posible, el proceso de maduración que se desarrolla dentro de la barrica.»  

Para septiembre de 2014 las ampollas habían terminado ya su viaje y fueron enviadas de vuelta a la tierra, donde esperaban los científicos llegados a Kazajistán. Un avión de la NASA las llevó a Houston, en Texas, donde tiene su sede NanoRacks, y allí las entregaron al Dr. Bill Lumsden  

En colaboración con científicos y expertos en whisky independientes, el Dr. Lumsden, bioquímico de promoción, sometió las muestras espaciales y las de control a un análisis científico en cuatro etapas. «Quedó claro que la microgravedad había tenido un efecto novedoso en la maduración del destilado. En tres de las cuatro etapas de nuestro análisis, pudimos identificar diferencias notables entre la composición química y las características de los dos juegos de prueba.» 

El análisis incluía una evaluación organoléptica –de olor y sabor–, que sirvió al Dr. Bill Lumsden para averiguar que en las muestras espaciales el carácter ahumado y fenólico de Ardbeg destacaba con mucha más fuerza que en las muestras terrestres. Según él mismo afirma: «Las muestras espaciales eran asombrosamente diferentes. El destilado era mucho más sustancioso, con una combinación muy distinta de gustos ahumados, incluidas notas de pescado ahumado, grafito y estuche de lápices antiguo. El gusto ofrecía ciertos tonos afrutados inusuales, que incluían cereza y ciruela, además de mazapán y pipermín.» 

La siguiente fase –una cromatografía de gases– consistió en medir componentes volátiles clave de líquidos alcohólicos, aldehídos, cetonas y ésteres de ácidos grasos; tal como el Dr. Lumsden había esperado, los niveles de dichos componentes resultaron ser los mismos en ambos juegos de muestras. Sin embargo, con una versión más sofisticada de la cromatografía de gases, denominada cromatografía - espectrometría de masas se descubrió que había un componente –en concreto un fenol, que es uno de los componentes más activos de cara al sabor– que ofrecía diferencias significativas en ambos juegos de muestras: su nivel era bastante más bajo en las muestras espaciales. 

La cuarta fase de las pruebas –una cromatografía líquida a alta presión– es un procedimiento que se usa para determinar la influencia de la maduración en la bebida. El proceso permite a los científicos medir componentes fenólicos y sustancias extraídas de la madera. Los componentes procedentes de la madera que fueron medidos se dividen en dos clases: los que se desprenden fácilmente de la madera, y aquellos cuya extracción es más difícil. El resultado de este análisis concluyó que ambos tipos de componentes mostraban un índice muy diferente en los dos juegos de muestras. En las muestras espaciales estaban presentes en mucha menor medida los componentes menos fáciles de extraer.  

Según comenta el Dr. Bill Lumsden: «Esto nos estaba indicando que la microgravedad o bien inhibe la liberación de estos componentes, o bien impide que entre en contacto con ellos una parte lo bastante grande del líquido como para extraerlos.  

«No puedo estar más emocionado con lo que hemos descubierto. Ardbeg tenía ya una compleja gama de gustos, y siempre hemos estado orgullosos de preservar su fuerte sabor a turba, pero sin dejar que se volviera un whisky unidimensional. Los resultados de nuestro experimento enseñan que queda todavía una complejidad del sabor aun mayor que podríamos sacar a la luz, desvelando así una visión muy diferente del carácter de Ardbeg.» 

«También es posible que lo que hemos descubierto tenga algún día implicaciones significativas para todo el sector del whisky. En el futuro, las divergencias en la gama de componentes extraídos de la madera podrían servir a los científicos para establecer en detalle los índices de componentes previsibles en whiskies de determinada edad.» 

El regreso a la tierra de las ampollas experimentales atrajo la atención de medios de comunicación de todo el mundo. Tan grande interés despertó, que una de las ampollas emprendió una gira mundial, con escalas programadas en los EE.UU., Canadá, Australia, Japón, Taiwán, el Reino Unido, UK, Alemania y Suecia.

 

La misión espacial de Ardbeg revela que la gravedad influye en la maduración del whisky  

. El experimento descubre nuevos perfiles de sabor sin precedentes para todo el sector del whisky y en especial para Ardbeg, el whisky con más aromas a turba y humo de todo el mundo 

. La investigación de Ardbeg también puede estar marcando el camino para que los expertos del sector elaboren una base de datos sobre el envejecimiento del whisky 

. La destilería, perteneciente al grupo LVMH, se convirtió en 2011 en la primera de la historia que pone un destilado en órbita 

Barcelona, 21 de septiembre de 2015.- Las condiciones de microgravedad (gravedad cercana a cero) influyen en el comportamiento de los terpenos, unidades estructurales que conforman el sabor de numerosas comidas, vinos y también del whisky. 

Un grupo de expertos en whisky y científicos independientes acaba de hacer públicos los resultados de la misión espacial pionera de Ardbeg, -perteneciente al grupo LVMH-, que hace cuatro años se convirtió en la primera destilería de la historia en poner destilado en órbita. Esta investigación revela importantes conclusiones para el single malt y puede que también para todo el sector del whisky y los destilados. 

El experimento arrancó en octubre de 2011, cuando la empresa estadounidense de investigación espacial NanoRacks LLC envió al Laboratorio Nacional de EE.UU, situado en la Estación Espacial Internacional, un cargamento de ampollas que contenían destilado de whisky Ardbeg recién salido del alambique y fragmentos de roble tomado de las barricas de la misma destilería.  

Estas muestras emprendieron el vuelo hacia su viaje al espacio a bordo de una aeronave rusa no tripulada que despegó desde Kazajistán. Han estado casi tres años orbitando a unos 320 kilómetros de la superficie terrestre a una velocidad de 77,724 kilómetros por hora 15 veces por día.  

Tras su regreso a la tierra en septiembre de 2014, un equipo compuesto por el Dr. Bill Lumsden, y Director de Destilación y Creación de Whisky en Ardbeg, y expertos en whisky y científicos independientes procedió a analizar el contenido de la muestra espacial madurada en gravedad comparándola con muestras de control que habían permanecido en la Destilería de Ardbeg, situada en la isla escocesa de Islay. 

El análisis incluía una evaluación organoléptica –de olor y sabor-, cromatografía de gases, espectrometría de masas y cromatografía de líquidos a alta presión. 

En tres de las cuatro fases del estudio se identificaron diferencias considerables entre los dos juegos de muestras. Bill Lumsden, bioquímico de promoción, señala que “queda claro que la microgravedad tuvo un efecto novedoso en la maduración del destilado”. Según Lumsen, “las muestras espaciales eran sensiblemente diferentes. Al oler y probar las muestras del espacio, noté que ahí destacaba mucho más el carácter ahumado y fenólico que caracteriza Ardbeg pero además, sentí una combinación diferente de aromas ahumados con la que no me había encontrado hasta la fecha en la tierra”. Lumsden concluye: “Este experimento muestra que existe una complejidad de sabor hasta ahora desconocida que podría salir a la luz desvelando así una visión muy diferente del carácter de Ardbeg” 

Por su parte, Jeffrey Manber, CEO de NanoRacks, la empresa asociada con Ardbeg para este experimento, ha comentado: “Es difícil encontrar empresas con voluntad de ser pioneras. Contar con un asociado como Ardbeg, dispuesto a implicarse en una colaboración de este tipo, es un buen augurio para el futuro de la investigación espacial con fines comerciales dedicada a las sustancias aromatizantes y por los cambios que traerá consigo en los productos de consumo en general”. 

Ardbeg desea expresar su agradecimiento a la NASA y el Programa de la Estación Espacial por permitir que se emprendiera este experimento. 

Para celebrar la publicación de los resultados de este experimento pionero, la Destilería ha lanzado Ardbeg Supernova, un nuevo embotellado de Ardbeg Supernova 2015, que ofrece al olfato aroma a pimienta con toques de hierbas aromáticas, acompañado finalmente con notas de frutos ahumados, algas marinas e hinojo. Ardbeg Supernova, que embotella el Ardbeg con mayor presencia de turba, está solo disponible para los seguidores de la marca que forman el Comité Ardbeg. 

 

El experimento Ardbeg en el espacio:

En 2011, la Destilería recibió una invitación para colaborar con la empresa estadounidense de investigación espacial NanoRacks en un experimento pionero, realizado con el propósito de estudiar cómo afectaría la microgravedad (gravedad cercana a cero) al comportamiento de los terpenos, que son las unidades estructurales que conforman el sabor del whisky, además del de numerosas comidas y vinos y destilados. En virtud de su acuerdo SAA de cooperación con la NASA, NanoRacks enviaría a la Estación Espacial unas ampollas especiales denominadas MixStix™ que albergarían en su interior destilado de Ardbeg recién preparado (el whisky recién salido del alambique), junto con fragmentos de roble carbonizado tomado de las barricas de la bodega de Ardbeg; el material se quedaría orbitando alrededor de la tierra mientras otras muestras de control permanecerían en la Destilería Ardbeg. Las ampollas fueron lanzadas a las 10:11 h GMT del 30 de octubre de 2011 en el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, desde donde partieron en la aeronave rusa no tripulada Progress 45, ayudada por un cohete propulsor Soyuz. El 2 de noviembre, la tripulación acoplaba la nave a la Estación Espacial Internacional, y el cargamento empezó a orbitar alrededor de nuestro planeta. El experimento arrancó el día prefijado de enero de 2012, cuando los científicos a bordo de la Estación –al tiempo que los de la tierra– rompían la membrana que separaba los dos componentes contenidos en las ampollas. Con ello el destilado de Ardbeg se mezclaba con los fragmentos de roble, dando así comienzo la maduración. Para septiembre de 2014 las ampollas habían terminado ya su viaje y fueron enviadas de vuelta a la tierra, donde las esperaban los científicos llegados a Kazajistán. Las ampollas subieron entonces al avión de la NASA que las llevó hasta Houston (Texas), donde tiene su sede NanoRacks, y allí fueron entregadas al Dr. Bill Lumsden, Director de Destilación y Creación de Whisky en Ardbeg, con lo cual podía ya comenzar el análisis.

Al igual que en cualquier estudio científico riguroso, se encargó analizar las conclusiones del experimento una serie de expertos en whisky y científicos independientes. A continuación se procedió a discutir los resultados y considerar sus implicaciones en una revisión inter pares, celebrada en agosto de 2015 en el embarcadero de la Destilería de Ardbeg en Islay a cargo del experto en whisky Charles MacLean y Jeffrey Manber, CEO de NanoRacks.

 

Análisis en cuatro fases y resultados:

1)    Evaluación organoléptica

Olfato y gusto

El análisis desarrollado por Bill concluyó que en las muestras espaciales el carácter ahumado y fenólico del Ardbeg sobresalía con mucha más fuerza que en las muestras terrestres.

Características en cata:

Muestra terrestre: La muestra tiene aroma a madera, que recuerda el estilo de un Ardbeg envejecido, con notas de cedro, dulce toque ahumado y vinagre balsámico envejecido, además de uvas pasas, dulce de melaza, vainilla y naranja tostada. Al paladar ofrece un gusto a madera en el que destacan sabores balsámicos, acompañados de un remoto toque afrutado y ciertas notas a carbón vegetal y medicinales; termina con un final en boca prolongado y persistente, con sabores delicadamente ahumados y toques de brea y caramelo de dulce de leche.

Muestra espacial: Intenso aroma con toques de humo medicinal, caucho y pescado ahumado, acompañados de una llamativa nota perfumada, como a violeta o grosella negra, y vigorosos toques de madera; un aroma con mucho cuerpo. El sabor era muy concentrado, con toques de frutas ahumadas tales como ciruelas, uvas pasas, ciruelas escarchadas y cerezas, humo terroso de turba, pipermín, anís, canela y bacon ahumado o jamón ahumado con nogal americano. Final en boca intenso y prolongado, con toques de madera, píldoras medicinales y humo de caucho.

 

2)    Cromatografía de gases (GC)

Detectados componentes volátiles clave de alcoholes, aldehídos, cetonas y ésteres de ácidos grasos

Según comprobó Bill, los niveles de estos componentes –tal como se esperaba– eran iguales en ambos juegos de muestras.

 

3)    Cromatografía de gases - Espectometría de masas (GCMS)

Versión sofisticada de la cromatografía de gases

En análisis independientes se comprobó una diferencia notable en uno de los componentes (un elemento fenólico, que es uno de los componentes más activos de cara al sabor): en las muestras espaciales tiene un nivel mucho más bajo que en las terrestres.

 

4)    Cromatografía de líquidos a alta presión (HPLC)

Empleada para determinar el impacto de la maduración en el destilado, mide componentes fenólicos y sustancias procedentes de la madera. Al medir sustancias extraídas de la madera, se las divide entre las que se extraen fácilmente de la madera y las de extracción no tan fácil.  

En los resultados de este análisis se encontró que, entre las sustancias procedentes de la madera, el índice de los dos tipos de componentes difería mucho entre ambos juegos de muestras: las muestras espaciales ofrecían presencia mucho más baja de los componentes de extracción menos fácil. Esto indica que la microgravedad o bien inhibe la liberación de estos componentes, o bien impide que entre en contacto con ellos una parte lo bastante grande del líquido como para extraerlos.