ESTAS NAVIDADES, REGALA AMOR EN FORMA DE COSQUILLAS

• Porque aunque siempre hay que dar cariño, en estas fechas se reparte mucho más, y se busca hacerlo de una forma original… ¡que ya está bien de pijamas y pashminas! • En Vitoria está el primer centro del mundo en el que se dan cosquillas relajantes, un tratamiento que además de ser placentero, ayuda a mejorar la salud y hacer felices a peques y mayores

Como siempre por estas fechas, estamos agotados de pensar y buscar ese detalle perfecto para cada uno de nuestros seres queridos. Bien, pues lo primero para aclarar la mente es relajarse y desconectar. Os proponemos un plan que os transportará a otro planeta por un rato, Cosquillearte (C/ Luis Heintz, 1. Vitoria. Tel. 945 043 219. http://vitoria.cosquillearte.com), y que además os dará la clave para contentar al resto de la familia, porque este exclusivo centro de cosquillas relajantes, el primero del mundo, es apto para todos los públicos. A los grandes les provocará nostalgia, les hará recordar los mimos que recibían hace años, y los pequeños disfrutarán como nunca de unas manos ‘cosquilleadoras’ profesionales que no se cansan y que se dedican en exclusiva a ellos y sin prisas ni obligaciones que interrumpan la sesión. También gozarán de ellas las embarazadas, personas mayores, enfermos… El único efecto secundario es la felicidad, ya que estas agradables caricias sobre la piel hacen que se liberen endorfinas y nos sintamos mejor.

Suaves cosquillitas que recorren la piel recuperando sensaciones que parecían olvidadas. Relajación y mucha ternura es lo que guardan estos ‘Momentos’ especiales que son perfectos para compartir estas fiestas. Porque sí, se pueden disfrutar en solitario, y también de dos en dos: con padres, hijos, amigas, hermanos, pareja… Seguro que a todos les parece una idea fantástica en cuanto entren por la puerta de este coqueto local y se evadan del mundo, dejándose llevar por la música, los aromas y el ambiente de paz y tranquilidad que se respira. Cuando las cosquillólogas comienzan a usar las yemas de los dedos, las plumas, y los masajeadores capilares por todo el cuerpo, empieza lo bueno. Y quien no se lo crea, ¡que lo pruebe!

Además los tratamientos se adaptan a todos los bolsillos y agendas, ya que los hay desde quince minutos, el Momento Mimarte (30 €), el preferido por los peques ya que lo comparten con sus papis; el Momento Pausarte (25 €) 30 minutos para liberar tensión, y para dos personas, Emparejarte (50 €, -ó 90 € si el tratamiento es de una hora-). El favorito de los habituales es Olvidarte (45 €), 60 minutos mágicos e inolvidables para disfrutar en solitario, y para los auténticos adictos, el Momento Fascinarte (50 y 90 €), o lo que es lo mismo, media o una hora a cuatro manos… ¡para derretirse incluso en invierno!

Porque en Cosquillearte se siente cómo cuerpo y mente se liberan con cada caricia, pero aún hay más… El Momento Descontracturarte (45 €) es un protocolo que consiste en 60 minutos de maniobras profundas para trabajar los nudos o las contracturas devolviendo elasticidad al músculo y calmando el dolor, y claro, con una buena dosis de cosquillas al empezar y terminar la sesión para poder irse aliviado y ‘flotando’ a casa. En esta misma línea más encaminada a la salud y dado el efecto terapéutico que tiene, este local se implica y además colabora activamente con psicólogos infantiles y de adultos y varias asociaciones de personas con alguna enfermedad para contribuir a su bienestar. Es el caso de ASPANAFOA, (Asociación de padres de niños con cáncer de Álava) ARESBI (espina bífida e hidrocefalia en Álava) o FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras).

De modo que ya sea para darse un capricho a uno mismo, hacer felices a nuestros seres queridos, e incluso regalarles salud, Cosquillearte es el detalle perfecto para Navidad. Sus tarjetas regalo personalizadas no ocupan espacio en el salón, combinan con todo, son ‘talla única’ y gustan a todo el mundo. Se pueden adquirir por teléfono, en el propio establecimiento, o a través de su web: http://vitoria.cosquillearte.com.

Estas navidades… ¡mima y mímate!