Cultura, gastronomía y naturaleza, esencia Mediterránea de Costa Brava Girona

Un destino mágico lleno de contrastes, fuente de inspiración de grandes artistas y cocineros, con joyas naturales y refugio de civilizaciones a través de los tiempos.


La Costa Brava y el Pirineo de Girona cuentan con los ingredientes necesarios para enamorar al visitante en cualquier época del año. Sus amplias playas y pequeñas calas rodeadas de vegetación y acantilados rocosos muestran una auténtica colección de joyas naturales, patrimoniales, gastronómicas y culturales que hay que captar con los cinco sentidos. Fuente inagotable de inspiración para artistas y cocineros, ofrece alternativas para los gustos más variopintos: aventura, naturaleza, turismo de negocios o viajes por amor a la música, una disciplina a la que rinde culto cada año el territorio gerundense a través de su variedad de festivales y que le posiciona de forma privilegiada como destino a nivel nacional e internacional.


La Costa Brava y el Pirineo de Girona encarnan el espíritu más puro del Mediterráneo, un espacio amigable y abierto al turismo ubicado al noreste de la Península Ibérica, en la provincia de Girona, que cuentan con más de 2.000 años de historia y con una cultura propia que ha configurado el carácter del territorio y su gente. También se presentan como una alternativa versátil, ofreciendo un amplio abanico de posibilidades al visitante que llega atraído por el clima, la naturaleza, la gastronomía o el ocio en cualquier época del año.


Girona, capital de la provincia, es un conocido destino de city break los 365 días del año, gracias a su oferta cultural, monumental y comercial, que además cuenta con buenas comunicaciones terrestres y ferroviarias, con aeropuerto y estación de AVE. La conservación de su patrimonio, con un casco antiguo que concentra numerosos puntos de interés, la convierte en una ciudad con encantos durante todo el año. Merece la pena visitarla en mayo, durante la exposición ‘Girona, temps de flors’ y en otoño, coincidiendo con las fiestas patronales del ‘Festival de artes escénicas Temporada Alta’.


Testigo directo de acontecimientos genuinos, Empúries es desde el siglo I a.C. la puerta de entrada de la cultura griega y romana a tierra peninsular. Íberos, griegos y romanos descubrieron la riqueza de esta tierra hace cientos de años, dejando un legado incalculable que se suma al románico, con auténticas joyas arquitectónicas como el monasterio benedictino de Sant Pere de Rodes. Los castillos y villas medievales amuralladas, el patrimonio judío, las grandes obras del Modernismo y la herencia de los Indianos marcan la identidad de estas comarcas y sus habitantes.

El visitante más aventurero y activo disfrutará descubriendo el espectacular paisaje de la Costa Brava al entrar en contacto con la naturaleza haciendo senderismo, ciclismo de carretera o montaña, submarinismo por las Islas Medes y sus Vías Bravas, -un producto turístico pionero, con 19 kilómetros de itinerarios marinos balizados-, rutas en catamarán o kayak, montando a caballo o jugando al golf en uno de sus ideales campos.


La alta montaña gerundense, el Pirineo de Girona, cuenta con tres períodos temporales bien diferenciados que marcan su ritmo turístico: el verano, época con la posibilidad de practicar todo tipo de actividades al aire libre en contacto con la naturaleza en estado puro; el otoño y la primavera, con paisajes y espacios en constante transformación que invitan a adentrarse en la naturaleza y probar productos gastronómicos de temporada; y el invierno, con sus cinco estaciones de esquí a pleno rendimiento y actividad de après-ski.


2016, año de efemérides
La Costa Brava cuenta con una gran tradición y arraigo por los festivales de música, una de sus señas de identidad, que cada año atrae un gran número de visitantes motivados por el buen ambiente de las citas y el nivel de las mismas. 2016 será testigo de varias conmemoraciones, como el 50º aniversario de la ‘Cantada de habaneras de Calella de Palafrugell’, el 30º aniversario del popular ‘Festival Castillo de Peralada’, el 25º aniversario del ‘Festival Temporada Alta’ o el 20º aniversario de la ‘Colla Castellera de los Marrecs de Salt’.


Estas muestras culturales son un auténtico gancho para el turista, que también quedará atrapado por la belleza de pequeños pueblos del litoral como Cadaqués, Begur, Calella de Palafrugell, Palamós o Tossa de Mar, todos ellos un claro ejemplo de arquitectura mediterránea, con fachadas blancas, calles empedradas y flores.


Los pueblos medievales de Pals, Peratallada, Peralada, Madremanya o Monells, son conocidos por sus recintos medievales excelentemente conservados, con interesantes edificios y elementos arquitectónicos y escultóricos en ventanas, arcos, pozos y casas. Su rico patrimonio artesanal y su industria de gran tradición son otras de sus señas de identidad.


Inspiración bohemia y mediterránea para artistas y cocineros
Algunas de las personalidades más representativas del siglo XX, como Salvador Dalí, Marc Chagall, Truman Capote u Orson Welles, encontraron en esta tierra una fuente inagotable de inspiración para alimentar su creatividad. El municipio de Cadaqués, en pleno corazón del cabo de Creus, está vinculado a Salvador Dalí, quien tuvo casa y taller en la cala de Portlligat, actualmente museo.


El amor de Dalí por Costa Brava fue inagotable. Para tomar contacto con él, el viajero no se puede perder el Triángulo Daliniano, integrado por el Teatro-Museo Dalí de Figueres, que acoge numerosas obras del pintor e instalaciones surrealistas, así como la exposición permanente de joyas y el Castillo Gala Dalí de Púbol. Con 1.389.019 visitantes en 2015, se erige como el conjunto museístico más visitado de la provincia y el tercero de Cataluña.

Parada más que obligatoria supone la gastronomía gerundense. Sentarse a la mesa y degustar sus platos de mar y montaña dejará al descubierto un recetario milenario traído a nuestros días, cuya base del éxito son indudablemente sus productos. Pollo con cigalas, Arroz con conejo y almejas, Calamares rellenos o Ternera con cohombros de mar son algunos de sus emblemas culinarios.


Los amantes de la buena cocina encontrarán en Costa Brava a varios de los iconos de la gastronomía contemporánea. Ferran Adrià, máximo exponente de la cocina vanguardista del siglo XXI, conocido por dirigir los fogones del que fue el mejor restaurante del mundo, El Bulli, tuvo sus raíces en la sabiduría popular y la tradición, al igual que los hermanos Roca, quienes con El Celler de Can Roca, en Girona, fueron mejor restaurante del mundo en 2013 y 2015. A ellos se les une una lista de 13 restaurantes que suman un total de 17 estrellas Michelin.


La calidad de su oferta agroalimentaria ha motivado la creación de sellos y distintivos de garantía como Girona Excel·lent, que certifica productos como las anchoas de l’Escala y Roses, el arroz negro de Pals y el aceite de oliva del Empordà, que marcan la diferencia respecto a otras zonas. Este 2016 la provincia de Girona conmemora también el año de la gastronomía, a la vez que Cataluña es declarada Región Europea de la Gastronomía 2016 por la plataforma European Regions of Gastronomy. Junto con los vinos de la D.O. Empordà y su Ruta del Vino, la oferta turística gana un valor diferencial que impulsa el enoturismo y realza la calidad del producto autóctono.


Un oasis de naturaleza y balcones sobre el Mediterráneo
Con más de 200 kilómetros de costa y más de 240 playas y calas, la Costa Brava se configura como un auténtico paraíso para quienes aman perderse en un entorno de ensueño con infinidad de atractivos por descubrir. Los espacios naturales protegidos son la parte más visible, conocida y abierta a los visitantes de esta red de naturaleza viva situada en las comarcas de Girona: de la montaña al mar y de los bosques húmedos al litoral mediterráneo.


La costa contiene cuatro parques naturales de los cuales el Montseny fue el primer espacio declarado reserva de la biosfera por la Unesco y posee la Carta Europea de Turismo Sostenible. Los parques naturales del cabo de Creus, los Aiguamolls del Empordà y, los de más reciente creación, Montgrí, Islas Medes y el Baix Ter, preservan la fauna marina y ornitológica, especialmente migratoria.

El Pirineo de Girona esconde tres joyas naturales: los parques de la Zona Volcànica de la Garrotxa, del Cadí-Moixeró y de las cabeceras de los ríos Ter y Freser, desde septiembre de 2015. Estos espacios protegidos acogen una actividad turística sostenible que permite revalorizar la fauna y flora autóctonas.


Sobre Costa Brava Girona
El Patronat de Turisme Costa Brava Girona es el máximo organismo de promoción turística de la Diputación de Girona. Su función prioritaria es promocionar las marcas turísticas Costa Brava y Pirineu de Girona en los mercados emisores, así como fomentar la calidad en la prestación de los servicios turísticos. Sin duda, la Costa Brava y el Pirineu de Girona ofrecen un amplio abanico de posibilidades al visitante que llega a estas tierras atraído por el clima, la naturaleza, la cultura, la gastronomía, el ocio, las actividades y la hospitalidad de sus habitantes. Su amplia oferta de productos turísticos y de alojamientos hacen posible disfrutar del destino a lo largo de todo el año.

 
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