Crónica de la Añada 2015: la Ribera con todos sus contrates

Por Alejandro Moyano, cofundador de Valdemonjas

Comenzamos el ejercicio 2015 con la renovación en profundidad que iniciamos el año pasado. Con satisfacción, estamos viendo los primeros frutos de esa poda de largo alcance. Nuevos brazos vigorosos, inicios de estructuras pensadas para reemplazar, lo que a todas luces estaba llegando a la extenuación. Queda trabajo, en algunos casos nos toca reiniciar, aunque son los menos. Pero cuando el objetivo es claro, el camino se hace más llevadero. 

La Ribera del Duero vive de las lluvias del otoño y este año, si bien no podemos decir que fuesen escasas, tampoco podemos afirmar que fuesen generosas, más bien justitas, diría yo. Por otro lado, la primavera llegó, mejor dicho, el año empezó con temperaturas superiores a lo normal.  

Lo cierto es que ya no sé lo que es normal. Un mes de abril de calores nunca vistos, que adelantaron el viñedo de manera inusual; libramos sin problemas las cruces de mayo (les saints de glace dicen los franceses); luego para ser fiel a sí misma, rozamos la catástrofe con una helada el 21 de mayo. ¡¿Helando el 21 de mayo?! Uno pensaba que el refranero era agua pasada y resultó ser de actualidad: “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”. 

Mayo huérfano de lluvias hacía presagiar lo peor, pero como “Dios aprieta, pero no ahoga”, junio trajo unas lluvias, nunca mejor dicho, “caídas del cielo”. Inesperadas y reparadoras. Las plantas las cogieron “como agua de mayo”, ¡pero en junio! 

Ahora mismo, el viñedo presenta un estado de desarrollo de ocho a diez días más adelantado de lo que ha estado estos últimos años (exceptuando el 2013). Con menos carga, pero mejor repartida. Veremos lo que el verano nos depara ahora, aunque se anuncia caluroso. 

Como ya he mencionado algunas veces, el oficio de viticultor necesita no poco de resignación y mucho de permanente insatisfacción; siempre podía haber sido mejor. En paralelo a este inquietante devenir en el viñedo, la certeza de los profesionales que edifican la bodega: nuestra constructora Covop -y todos los expertos que nos apoyan en esta aventura- mantienen los plazos de entrega de la bodega. A mediados de junio entró el primer tino al lagar.  

Nosotros seguimos incrédulos, vemos cómo nuestro sueño se va haciendo realidad. Dieciocho años después de que iniciásemos esta aventura, comprando una tierra que se nos antojaba potencial. Hoy Valdemonjas inicia la cuenta atrás para su primera vendimia en casa.

 

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VALDEMONJAS

Valdemonjas SL es un proyecto familiar, basado en valores como la humildad, tradición, compromiso, orgullo y pasión. Nace con la voluntad de resaltar un patrimonio vitivinícola único (Valdemonjas, El Nogal de la Valera). El punto de partida es el terruño, con una situación privilegiada en la Ribera de Duero. La bodega Valdemonjas apuesta por una viticultura paciente y sostenible – ecológica, por el trabajo respetuoso con la planta y su terruño. El resultado son unos vinos -“El primer beso”, “Entre palabras”, “Los tres dones”- de producción limitada, que con su exclusividad y peculiaridad saben contentar a todo aquel que ansía algo diferente y único.