Si es que no hay nada peor que una ruptura (bueno ir a comer un helado del congelador y que esté la caja vacía) es en ese momento cuando el alter ego se transforma en una especie de Bridget Jones que llora por las esquinas al himno de “All by myself” mientras devora un helado (o tarrinas infinitas). Pero es en estos momentos cuando es necesario decir ¡basta! salir a la calle, reunir al squad y divertirse, porque de nada sirve compadecerse y huir en la comodidad del hogar. He aquí los siete pasos a seguir tras una ruptura.
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No hay mal que por bien no venga y aunque parezca mentira una ruptura es un nuevo comienzo,
así que… ¡lánzate a la aventura de ser libre!