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Conclusiones de la jornada sobre los "disruptores endocrinos"


Urge reducir la exposición a tóxicos para frenar el aumento de enfermedades en adultos y sus descendientes

La Fundación Alborada (Finca El Olivar. Carretera M- 600. Km. 32,4. Brunete. Madrid. Tel. 91 815 50 74. www.fundacion-alborada.org), que asiste a personas con sensibilidad extrema a químicos y contaminantes, organizó el pasado martes una jornada dirigida a nuestros políticos para concienciarles de la necesidad de tomar medidas frente a la problemática de los ‘disruptores endocrinos’ (DE). Estas sustancias se encuentran en plásticos, pesticidas, juguetes, cosméticos, ropa, envases de alimentos y otros muchos objetos de uso cotidiano, y acaban acumulándose en nuestro tejido, órganos y grasa alterando todo el sistema hormonal. En los últimos años y tras la advertencia de la OMS, se está demostrando que la constante exposición provoca multitud de enfermedades: desde las relacionadas con el tiroides, la diabetes, el autismo, la infertilidad o la obesidad, hasta el cáncer infantil y otros muchos que suelen desarrollarse en adultos como el de testículos o endometrio. 

En esta sesión, a la que acudieron concejales de varios municipios de Madrid, se incidió sobre la necesidad de legislar creando políticas de prevención que reduzcan la exposición a estos compuestos, como ya se ha hecho en Francia con la prohibición del bisfenol A en los plásticos de uso alimentario o en Dinamarca, donde se ha aprobado la retirada de algunos de estos tóxicos.  

Además de llamar la atención de los políticos, la Fundación Alborada ha puesto en marcha el proyecto internacional ‘Que no te alteren las hormonas’ para mantener informada a la población, cuya presentación sirvió de apertura de la jornada de la mano de Ruth Echeverría, biofísica y coordinadora de investigación de la fundación. A continuación, prestigiosos médicos dentro de este campo, como la Dra. Pilar Muñoz-Calero, que además es presidenta de la Fundación Alborada, el Dr. Nicolás Olea, el Dr. Ángel Nadal, el Dr. Juan Antonio Ortega, el Dr. Jesús Ibarluzea, y representantes de asociaciones ecologistas y de consumo como Dolores Romano y Conchy Martín Rey, aportaron conclusiones que son sin duda preocupantes: 

·         El cáncer de mama se incrementa en un 2% cada año en España, donde los niños presentan en su orina los niveles más altos de Europa de bisfenol A. También se observa una relación directa entre ciertos tipos de cáncer y la contaminación de cada región. En base a esto, Olea afirma que hoy en día, “el código postal es más importante que el código genético”.  

·         La exposición durante el embarazo a estas sustancias hace que a través de la madre, el feto quede expuesto a las mismas y produzca alteraciones durante su gestación que originarán distintas enfermedades a lo largo de su vida y la de su descendencia como las descritas anteriormente, afecciones relacionadas directamente con los DE. Además, el nivel de tolerancia de los niños es mucho menor que el de los adultos, por lo que son más sensibles a sus efectos. 

Todos los ponentes coincidieron en afirmar que no hay un umbral ‘seguro’ para la exposición a estos DE, ya que el efecto acumulativo de todos ellos, aunque sea en pequeñas dosis, puede ser muy dañino. Además, en el caso de los DE, bajas dosis pueden ser más peligrosas que las altas. Por ello es necesaria la intervención de las fuerzas políticas para restringir su uso y crear espacios libres de tóxicos. Se estima que el gasto sanitario en los países de la Unión Europea como consecuencia directa de estos contaminantes, asciende a 31.000 millones de euros. La Fundación Alborada informa en profundidad sobre esta problemática en la web sobre el proyecto: www.quenotealterenlashormonas.wordpress.com.