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Regueiro: El arte de lo singular


El nombre de este restaurante hay que apuntarlo en negrita en la lista de imprescindibles porque, sin duda, va a dar mucho de qué hablar. 

La cocina personal y valiente del joven chef Diego Fernández sorprende por la intensidad de sabores, combinada con una técnica magistral y una exquisita sutileza, algo que ya le ha valido un sol Repsol. 

Encontrar un espacio cuya cocina hable de verdad de las vivencias y pasiones de quienes la preparan no es nada sencillo. Por eso es una suerte enorme encontrarse con la autenticidad del restaurante REGUEIRO (Tox. Puerto de Vega. Asturias. 985 648 594 www.restauranteregueiro.es). Su jovencísimo chef Diego Fernández (segundo puesto Cocinero revelación en Madrid Fusión 2014 –ex aequo con Ricardo Sotres, de El Retiro- y autor de la  Mejor croqueta del mundo en Madrid Fusión 2015)  asumió el reto de abrir su propio negocio en el occidente de Asturias hace ya 4 años. Y lo hizo porque creía en la importancia de crear algo valiente y distinto.

Discípulo de los maestros asturianos Pedro y Marcos Morán y Nacho y Esther Manzano, Fernández suma a su dilatada experiencia una intuición natural para la cocina. La suya es sencilla, honesta y absolutamente personal, y se centra en la búsqueda de sabores intensos que despierten sensaciones en el comensal. Para él, la cocina ha de tener un punto de emoción, transmitir lo que él siente cuando prepara sus recetas… “al final, lo que es único es lo que llega”.

Y lo cierto es que no le ha ido nada mal apostar por el siempre tentador reto. Es uno de los cocineros con mayor proyección nacional, ya ha recibido un sol Repsol y además cuenta con el honor de ser el autor de “La mejor croqueta de jamón del mundo”. Con este sabroso título fue coronado en Madrid Fusión 2015 por un jurado experto formado por cocineros, críticos y gastrónomos.

Estas croquetas que tantas alegrías le han dado comparten protagonismo con productos de primera calidad, trabajados con una técnica impecable y una delicadeza asombrosa. Diego dice cocinar “a pecho descubierto”, sin ataduras y con un amor infinito por su trabajo. La prueba está en que su restaurante no tiene carta; va variando en función de los alimentos que haya en el mercado.

Eso sí, ofrece tres menús degustación cuya elección dependerá del apetito del comensal: uno corto con platos tradicionales (37€); uno mediano de cinco platos (55€), y el más largo, compuesto por ocho platos (65€). Todos ellos se pueden maridar por 12€ más con vinos muy peculiares que siguen la misma filosofía que la cocina: provocar la emoción, encontrar aquello que es único.

Entre los platos llenos de sabor que componen los menús se encuentran algunos como el Calamar aliñado, papadas, su jugo picante, ravioli de su guiso, pil pil de bacalao, ajo negro y guindilla verde; la Molleja especiada de comino a la parrilla, ajo negro, cebolleta china y ensalada de papaya verde tailandesa; la  Sopa de menudillos de bacalao y jalapeño, raya al carbón en su jugo, lima e hinojo o la Ventrisca de cordero, mollejas al wok, pomelo, jengibre, emulsión de tinta y col a la brasa. Y entre los postres, un Sabayón de maracuyá, frambuesa, menta y PX con unos exquisitos toques ácidos.

La decoración, sobria y acogedora, también potencia esa singularidad, y además se integra a la perfección en un entorno muy apacible que invita a la tranquilidad, a disfrutar con intimidad de la experiencia. Porque otro de los atractivos de REGUEIRO es su ubicación, muy cerca del antiguo puerto ballenero de Puerto de Vega y de los bellos pueblos marineros de los alrededores. Además, esta bonita casa de mediados del siglo XX donde está situado el restaurante, es un coqueto hotel con tan solo 10 habitaciones, el complemento ideal para descansar después de una cena que supone un auténtico homenaje gastronómico.

REGUEIRO tiene capacidad para 25 comensales. Horario: martes-domingo en servicio de comidas y cenas.