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Para celebrar los Oscar, el Hotel Formentor desvela nuevos secretos...

Barceló Formentor 5*, destino del `turismo cinematográfico´

Para celebrar el merecido Oscar de Leonardo DiCaprio, el hotel vuelve a abrir la caja de los secretos

La entrega de los Oscar deja una estela de amor por el séptimo arte. Para honrar el cine, y para celebrar la tan ansiada victoria de Leonardo en la gala, el mítico Barceló Formentor decide desvelar nuevos misterios. Y es que el hotel ha sido localización de producciones cinematográficas, lugar de inspiración de artistas y retiro de las estrellas de la gran pantalla, muchas de ellas, además, ganadoras de un Oscar.

Hablar de sueños es como hablar de películas, ya que el cine utiliza el lenguaje de los sueños: años pueden pasar en segundos y se puede saltar de un lugar a otro.” Federico Fellini.

Y así, de un sueño, como en la vida siempre surgen las cosas más bellas, nació el Hotel Formentor. Fruto del deseo del poeta Adan Diehl, que imaginó un paraíso en una tierra inexplorada.

Todas las artes, en Formentor

Como dijo Luis Borges desde Formentor: “Mallorca como lugar parecido a la felicidad, apto para ser él dichoso, apto para el escenario de la dicha », pero enseguida, después del piropo, añadió que él,  « como tantos otros isleños y forasteros, no había poseído casi nunca el caudal de felicidad que uno debe llevar dentro para sentirse espectador digno (y no avergonzado) de tanta claridad de belleza »

No sólo escritores han admirado Formentor. A la izquierda se aprecia uno de los seis grabados que Joan Miró realizó en 1976 sobre El Pi de Formentor, objeto de muchos otros cuadros de pintores.

Como curiosidad cinematográfica, el hotel, siempre vinculado al mundo del séptimo arte, fue uno de los pocos establecimientos en los que, durante la época del franquismo, podían verse las películas sin cortes de la censura.

La tradición literaria que relaciona el hotel con las artes viene de lejos. El Premio Formentor es un galardón que se concedió desde el año 1961 al 1967, y que en esa época se convirtió en un importante foro literario. Aquella distinción tuvo dos modalidades, el Prix International (que reconocía a un autor de resonancia mundial) y el Premio Formentor (que se otorgaba a una novela presentada por alguno de los editores convocantes y luego era publicada por todos los demás). El premio se ha vuelto a conceder a partir del año 2011 y se entrega en los jardines del Hotel Barceló Formentor.

Visitas históricas

A la izquierda una glamourosa pareja de la realeza europea de los años sesenta, Alberto y Paola de Lieja, que se hospedaron en Formentor en julio de 1959. Para ellos la estancia fue fundamental, ya que al parecer el director del Hotel, Tomeu Buadas, se encargó de comunicarles, de parte del farmacéutico de Pollença que realizó a la Princesa el test del embarazo que, en efecto, esperaban un bebé.

Debajo, el presidente del Gobierno español de 1976 a 1981, Adolfo Suárez (1932-2014), su mujer Amparo Illana y su hija durante una de sus estancias en el Hotel Formentor. Después, los príncipes de Mónaco, Rainiero (Montecarlo, 1923 –2005) y Grace Kelly a su llegada a Formentor en abril de 1956.

Las crónicas de sociedad dan cuenta de que en agosto de 1949 su barco permanecía fondeado en Formentor. Tal vez a causa de esa predilección, Rainiero tras su boda en Mónaco con la actriz Grace Kelly, en 1956, quiso pasar parte de su luna de miel en Formentor, adonde llegaron a bordo del yate Deo Juvante II del que desembarcaron para cenar en el Hotel. Los empleados, siempre atentos para velar por la intimidad de los huéspedes, interceptaron el paso a la prensa.

Cuentan que los corresponsales de Paris Match sobornaron a la Guardia Civil para que disparara unos cartuchos con la intención de llamar la atención de la pareja una vez fuera ya del Hotel y poder tomar, así, buenas fotografías. Los entotnces príncipes de Mónaco volvieron a Formentor en 1960 y en 1961 con Onassis y María Callas, siempre por mar. En 1964, estuvieron con David Niven y la esposa de este, a bordo del yate Albercaro II, del que desembarcaron a causa del mal tiempo, alojándose con sus hijos Carolina y Alberto y sus invitados en el Hotel. Antes que ellos, en 1934, como ya se indicó, el príncipe de Gales estuvo en Formentor, adonde regresó en julio de 1957, como duque de Windsor, en compañía de su esposa Wallis Warfield, más conocida por el apellido de su segundo marido el señor Simpson, a bordo del barco de Stavros Niarchos. En la última foto, El Dalai Lama, que se hospedó en el Hotel Formentor en 1990. En la imagen, frente a la puerta de la iglesia de Pollença soltando una paloma.

Formentor fue y sigue siendo un destino predilecto de directores, actores y actrices. La extraordinaria documentalista y fotógrafa Leni Riefenstahl estuvo en Formentor en 1954. Zsa Zsa Gabor y George Sanders se instalaron en el Hotel para el rodaje de Jack el Negro. Una parte de la película se filmó en la vecina Cala Sant Vicenç. En 1956 primero, y después en 1959, Charles Chaplin pasó con sus hijos una temporada en Formentor. Más que por haber interpretado al inolvidable Charlot, llamó la atención por pedir todos los días riñones para el desayuno. Audrey Hepburn, que hablaba muy bien español, se hospedó en la habitación 229. Lloró mucho cuando el director del Hotel, Juan Carlos Mascaró le dio la noticia de la muerte de David Niven, gran amigo suyo.

Concha Velasco fue durante muchos años fiel a su cita estival y al igual que Leslie Caron junto a su marido, Peter Hall, director del Arts Theatre de Londres, escogía Formentor para pasar las vacaciones. Antes que ellos fueron huéspedes del Hotel Sir Laurence Olivier, Gary Cooper, Charles Boyer, María Montes y Joan Fontaine. Elke Sommer rodó en Formentor Bahía de Palma en junio de 1962 y en 1982 Formentor fue otra de las localizaciones estrella de la película Muerte bajo el sol, dirigida por Guy Hamilton con un guión basado en un relato de Agatha Christie e interpretada por James Mason, Peter Ustinov, Jane Birkin y Maggie Smith.

Un final dramático

Cuenta Carme Riera, una de las autoras del Libro Formentor, que hubo una huésped que gravemente enferma, prefirió morir en el Hotel antes que en una clínica. Cuando los empleados entraron en su habitación observaron que las pertenencias que estaban a la vista eran todas de color violeta. Tal vez fuera aquel su color predilecto. Tal vez un día lejano, durante su luna de miel, pasada al parecer en Formentor, aspiró el delicadísimo perfume de las violetas. O fue militante del movimiento feminista y rodeada de su color emblemático quiso morir. Nadie reclamó su cadáver. Quizás nunca sabremos quién fue, y su historia permanecerá oculta, entre secretos de estado y amores de realeza.