La Diputación de Pontevedra acaba de presentar un completísimo listado con las 62 razones para venir a Rías Baixas (www.depo.es). Para vivirlas todas, además de por tierra, por aire se puede llegar con varias compañías en un periquete desde Madrid, Barcelona, Valencia, Palma, Ibiza, Alicante, Gran Canaria, Málaga, Sevilla, Tenerife y varias ciudades del extranjero. De modo que si no tenéis ya vuestras razones, ahí van unas cuantas:
Gastronómicas:
Descubre Cambados, la capital del Albariño y en O Rosal la Feria del Vino Tinto. O Grove, el paraíso del marisco; Arbo, conocido por su tradición culinaria con la lamprea como protagonista y su fiesta en abril; A Cañiza, la tierra del jamón de Galicia y Lalín, donde se celebra la popular Feria del Cocido. Cada Viernes Santo se celebra en As Neves la Fiesta del Requesón y la Miel, manjares casi vírgenes de la naturaleza. El último fin de semana de mayo se degusta en Vila de Cruces el gallo de corral autóctono, el galo de Mos, emblema del municipio.
Culturales y arquitectónicas:
¿Una romería Vikinga en el siglo XXI? Sí, en Catoira, y además es fiesta de interés turístico internacional desde 2002. En Poio está el conjunto histórico más pequeño y pintoresco de Galicia, el de Combarro, una pequeña joya a la orilla del mar. Los pazos salpican las Rías Baixas con su magia. En A Estrada está el de Oca, conocido como el Versalles gallego. Nada que envidiar. O el de Trasulfe en Rodeiro… y el de Soutomaior, rodeado de camelias. Silleda tiene el monasterio de Carboeiro, una obra de transición del románico al gótico tardío escondida entre los montes, y en Tui, la única catedral de As Rías Baixas.
Naturales:
De Sanxenxo poco hay que decir ya que no se sepa, según la leyenda, quien quiera un hijo tiene que darse un baño y saltar nueve olas en sus playas. En Vilagarcía de Arousa se encuentra la isla de laureles más grande de Europa, una maravilla sensorial. Y junto al río Xesta, en A Lama, una propuesta tan simple como mágica de las que ya casi no se hacen: ¿una siesta al aire libre?
De ocio:
En plan relax, están las termas de Cuntis, famosas ya desde la época de Nerón y el balneario de Mondariz, el municipio más pequeño de España. Para vivir la Semana Santa de una forma muy realista, en Paradela, Meis, hacen una interpretación teatral de la misma cada año; y en Baiona, reconstruyen la Fiesta de la Arribada, la de Pinzón a América. Ponteareas se llena de color y aroma a flores en el Corpus Christi, cuando las calles se llenan de mantos de flores. Para quien vaya con sed cultural, en septiembre se celebra el Festival Internacional de Cortometrajes de Bueu y en Nigrán, la cuna del Jazz local, tiene lugar el Nigranjazz, un espacio de dimensión internacional para disfrutar de los mejores músicos gallegos.